Hoy el Congreso de los Diputados se
pronunciará sobre la petición del Parlamento de Cataluña de cesión de la
competencia para poder convocar referendos, a fin de que estos puedan celebrar
la consulta separatista, prevista para el próximo 9 de noviembre. Algo que no
va a suceder, pues serán más de 300 diputados los que voten en contra de esta
petición.
Y todavía no sabemos si el Presidente del
Gobierno será el que lidere la postura del Gobierno e intervenga en la Cámara
Baja, pues aun no se han pronunciado. Parecía que sí cuando en la mañana del
domingo María Dolores de Cospedal así lo anunció, aunque esa misma tarde se vio
obligada a rectificar. Pero de eso ya hablamos en “calladito estás más guapo”. Por eso hoy no voy a hablar de
Rajoy. Solo diré que espero participe en el debate y deje muy clara las
posturas constitucionalistas, porque aunque el piense lo contrario, me temo que
en este tema no se podrá lograr una solución que contente a todos.
Hoy quiero referirme a la decisión del Presidente
de la Generalidad, Artur Mas, de no participar en el debate, de no defender la
petición de su gobierno, de su partido y del Parlamento catalán. El Sr. Mas no
viajará hoy a Madrid, algo que sí que hizo el presidente vasco Juan José
Ibarretxe, defendiendo en el Congreso su plan. Me da la sensación de que Artur
Mas va de estrella y de que es otro que está con la calculadora de votos,
jugando en realidad por sus intereses y no por los de Cataluña, como él se
dedica a vender. Ha quedado claro que no tiene la intención de fajarse y
utilizar la palabra donde realmente la ha de utilizar, argumentando que el ‘President’
de Cataluña no se va a volver con el rabo entre las piernas.
Artur Mas no acude hoy a la Cámara Baja
porque él está por encima de todo eso. Da la sensación de que se considera
superior, un elegido de la historia. Parece que se cree Artur I ‘El iluminado’.