lunes, 25 de septiembre de 2017

ANTE LA FALTA DE VOLUNTAD POCO SE PUEDE HACER…


España vive momentos delicados, momentos difíciles en los que debería imperar la prudencia y la sensatez, algo de lo que muchas personas carecen. Tenemos problemas serios que deben ser afrontados con toda la firmeza posible, pero también con la suficiente capacidad como para que se pueda lograr una solución mediante la negociación, siempre que exista voluntad por todas las partes implicadas, claro está. Una voluntad de la que carecen tanto los separatistas como la extrema izquierda.

 

La falta de voluntad de los separatistas está quedando patente en este proceso de ruptura de España, pues con sus decisiones no están dejando ninguna puerta abierta, más bien al contrario. Están tirando demasiado la cuerda, actuando de manera ilegal, provocando su ruptura y poniendo al Gobierno de España al límite. Algo de lo que, seguramente, se arrepientan cuando constaten que sus anhelos separatistas no van a ningún lado.

Y la falta de voluntad, o más bien el radicalismo, también está muy presente en la extrema izquierda, algo que hemos podido constatar este fin de semana. Resulta que Podemos organizaba ayer un acto en Zaragoza en el que aglutinaba a diversos partidos de su órbita, un acto al que se presentaba un grupo de personas a increpar a los asistentes. Es decir, se organizaba un escrache a los maestros de esta forma de acoso. ¡Y han montado en cólera! Sí, los asistentes a este acto han denunciado que los manifestantes no les permitían abandonar el recinto, que eran increpados y demás…, acusándolos de fascistas, entre otros calificativos.

Y aunque desde estas mismas páginas siempre hemos condenado la violencia, tanto física como verbal, también hemos de decir que ellos, los podemitas, de la mano de su líder, Pablo Iglesias, en más de una ocasión han justificado la violencia cuando la han ejercido “los suyos”, llegando a decir el propio líder de Podemos que se ha emocionado viendo como unos manifestantes radicales agredían a un policía.

Así son unos y otros, unos radicales que solo miran por su interés y que solo critican y montan en cólera cuando ellos son los perjudicados, mientras tanto no les importa romper un país o quebrar una sociedad, porque ellos van a la suya, caiga quien caiga, siempre que no sea de ellos.




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