Ayer, mientras escuchaba
la radio, concretamente el programa Radio Estadio, de Onda Cero, me llamó la
atención la intervención de un oyente acerca de la polémica entre en jugador
del Barcelona, Gerard Piqué, y el del Real Madrid, Arbeloa. Este señor pedía a
los medios de comunicación que dejaran de meterse con Piqué, con el Barça y con
Cataluña. Sí, resulta que para algunos criticar a un jugador del Fútbol Club
Barcelona es criticar a Cataluña.
Y eso es algo que piensan
muchas personas en Cataluña, aunque resulte ridículo; porque ese ha sido uno de
los grandes logros del nacionalismo más radical, mezclarlo todo y hacer creer a
la gente que una crítica a lo que consideran sus símbolos, entre los que se
encuentra el Barcelona, es una crítica a ellos mismos y a todos los catalanes.
Algo que, curiosamente, no se aplica respecto al Español, el otro gran club de
fútbol catalán, ya que no se considera un símbolo del separatismo.
Y ese es uno de los
grandes problemas que tenemos en España respecto a los nacionalistas, que han
conseguido inculcar a gran parte de la sociedad catalana su odio al resto de
España. Y lo que escuché ayer en la radio es el ejemplo palpable de esta
situación. Porque digo yo, si sustituimos a Piqué por un jugador de fútbol
andaluz, ¿alguien entendería que esa crítica lo es hacia todos los andaluces?,
pues eso.
Y lo más triste es que
los separatistas lo tienen tan interiorizado que no se dan cuenta de que, en el
fondo, no hacen otra cosa que el ridículo con esos comentarios. Pero claro,
como entre ellos se retroalimentan, hoy ese señor comentará en su trabajo su
intervención en la radio y su “defensa de Cataluña” y como hablará con alguien
que piensa como él, pues le dará la razón y le dirá que ayer hizo algo grande
por Cataluña, por el país. Aunque a la vista de la mayoría hiciera el ridículo.
Es la consecuencia de haber dejado la llave de los cerebros infantiles en manos de los adoctrinadores sectarios.
ResponderEliminarEstamos recogiendo lo que se lleva treinta y cinco años sembrando, ni más ni medos. "Aquellos polvos, trajeron estos lodos" y no parece sino que sigamos alimentando el barrizal, en lugar de añadir "agua limpia", es decir, leyes y voluntad de aplicarlas", que diluyan ese barro, cada vez más denso y difícil de limpiar.
No hay que perder la esperanza, pero no lo están poniendo fácil nuestros políticos.
Es la consecuencia de haber dejado la llave de los cerebros infantiles en manos de los adoctrinadores sectarios.
ResponderEliminarEstamos recogiendo lo que se lleva treinta y cinco años sembrando, ni más ni medos. "Aquellos polvos, trajeron estos lodos" y no parece sino que sigamos alimentando el barrizal, en lugar de añadir "agua limpia", es decir, leyes y voluntad de aplicarlas", que diluyan ese barro, cada vez más denso y difícil de limpiar.
No hay que perder la esperanza, pero no lo están poniendo fácil nuestros políticos.