Los sábados recordamos en
Desde el Caballo de las Tendillas y, tras el fallecimiento de Rita Barberá y el
trato que le ha dispensado la extrema izquierda española, traemos este artículo
que publicamos tras la muerte de Santiago Carrillo, pues está claro que esa
puerta no se ha cerrado, al revés, está muy abierta. Y es que a los muertos hay
que respetarlos. ¡Feliz sábado!
Vaya semanita llevamos de
informaciones, ayer por la tarde resulta que salta la noticia de que ha muerto
Santiago Carrillo, a los 93 años de edad. Como Franco, el líder comunista murió
en la cama.
¿Ya podemos dar por
zanjada la Guerra civil española? Con la muerte de Santiago Carrillo ¿podemos
cerrar la puerta de esa triste época? Imagino que no. La izquierda, en su afán
por ganar la Guerra civil un siglo después seguirán con sus historias y
buscando tres pies al gato.
Para muchos Carrillo era
un asesino, el responsable de la matanza de Paracuellos, en la que murieron
unas 2.500 personas, de todo tipo y condición.
Pero no quiero que este
artículo sea una crítica a esta figura política. No comulgo con la
ideología de Santiago Carrillo, el comunismo no me gusta nada, creo que no
conlleva nada positivo para la persona, al revés. Pero eso tampoco quita para
que a Carrillo se le reconozca que tuvo un papel importante en la transición
española.
Él también ayudó a que la
transición saliera bien, eso es verdad, y hay que reconocerlo.
Solo espero que con su
muerte se cierre, de una vez por todas, la puerta de la Guerra civil, del odio
entre los españoles, de la división, ya que con la muerte de Fraga no ocurrió,
pues parte de la izquierda lo criticó estando de cuerpo presente. Con él se va
una época, muere un periodo de España que habrá que recordar para no repetirlo,
para que no volvamos a cometer los errores que se cometieron, los errores que
él también cometió.
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