Mostrando entradas con la etiqueta Ecce Homo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Ecce Homo. Mostrar todas las entradas

domingo, 5 de mayo de 2013

PINTURAS URBANAS DE GUERRA, por Piti Ferrer


¿Qué son? ¡pues los graffitis de toda la vida! Da igual que sea un dibujo elaborado con no sé cuantos aerosoles diferentes que una cutre firma complicada hasta de leer.



Lo cierto es que son autóctonos de zonas urbanas y, si bien muchos son gamberradas y por tanto delitos, unos pocos (muy pocos) han alcanzado el cielo de la fama: por su calidad, por su originalidad, pero sobre todo por el mensaje que transmiten. No hay que olvidar que, generalmente, tienen un gran contenido político o reivindicativo.

Con esto, no quiero decir que esté a favor de ellos. De hecho, los ayuntamientos suelen gastarse un auténtico dineral en su limpieza. Es más, cuando pillan a alguien en mitad de su “momento de expresión” y lo juzgan, no es raro que el juez le imponga como pena (entre otras cosas) la obligación de limpiarlo… (ya podían haber pillado al que firmó en la pared blanca RECIEN PINTADA de mi casa). Pero sí, reconozco que si los artistas obtienen sus correspondientes permisos o son auténticas obras de arte… ¡los miro con otros ojos!

Es verdad que los graffitis los podemos encontrar en múltiples sitios pero a mí, los que más me llaman la atención son dos:

  1. Los graffitis murales de Bansky:
Bansky es un graffitero británico que escribe bajo un pseudónimo. Su obra es muy prolífica y deja pintadas en las principales ciudades del mundo, sobre todo inglesas. Su obra es una constante llamada de atención sobre la sociedad y sistema en el que vivimos.





Esto es un claro ejemplo de que una imagen vale más que mil palabras… Curioso ¿no? A mí el que más me llama la atención es el del soldado de la guardia real inglesa echando la “chorraíta”, porque no entiendo muy bien el mensaje: ¿son humanos y “mean”? (como generalmente no se mueven…).

Fijaos lo que son las cosas, lo que empezó siendo una acción reivindicativa espontánea (porque los Bansky aparecen por sorpresa de la noche a la mañana y donde menos te lo esperas), se ha convertido en fuente de inspiración para otros artistas y sus piezas incluso se exponen en los principales museos del mundo, como el TATE museum de London. E ¡incluso los roban para subastarlos!, como pasó con el del niño que cose banderitas.

Por cierto, como Bansky tiene muchos imitadores ¿será auténtico el del Ecce Homo de Borja? Jajaja.



  1. Las pinturas del suelo tridimensionales:
Para mí también son graffitis, pero he de reconocer que han evolucionado mucho: me encantan cuando intentan reflejar un mundo en el subsuelo.

Cuando yo era pequeña recuerdo que era muy habitual ver a personas hacer dibujos con tizas en el suelo y delante, para poder ganarse la vida, ponían un platillo y un cartel que ponía “Gracias”. La técnica sigue siendo la misma pero es evidente que la calidad ha mejorado muchísimo porque detrás de esa imagen en perspectiva tridimensional hay un estudio previo, un boceto, la búsqueda de un espacio adecuado para realizarlo…

Esto sí que es arte efímero porque se limpia de un manguerazo.






¡Otra forma más de expresión del Street Art!  

domingo, 9 de septiembre de 2012

EL NEGOCIO DEL ARTE por Piti Ferrer


Desde luego una no consigue salir de su asombro cuando ve que una barbaridad se convierte en noticia “pintoresca”. ¿A qué sabéis a que me estoy refiriendo?, al Ecce Homo de Borja y, paradojas de la vida, lo que era una desgracia se ha convertido en un negocio y, si me apuráis, en un movimiento cultural. Todo gracias a una mujer, Cecilia Giménez. Quién le iba a decir a esta señora de 85 años, que su estilo, muy personal por cierto, llegaría a ser conocido en el mundo entero: tuneo de obras de terceros. No me extraña el cabreo de la familia del pintor, Elías García Martínez.

El caso es que cuando analizas la historia te das cuenta de que todo tiene un precio.

Recordémosla. En agosto, mes mediáticamente aburrido porque todos están de vacaciones y las noticias escasean, sale en prensa que una vecina de la localidad de Borja, ante el mal estado de conservación de una pintura mural del Santuario de la Misericordia, decidió arreglar la pintura, obteniendo como resultado el que veis:


Tremendo. Y yo me pregunté:

- ¿Dónde está Borja? Perdón si ofendo a alguien.
- ¿Dónde estaba el párroco?
- ¿Quién informó a la prensa?

Poco después, la noticia había dado la vuelta al mundo y TODOS sabíamos donde estaba Borja y quién era la Cecilia Giménez. La cual, por cierto, en un principio estaba bastante asustada por la primera reacción y críticas de sus vecinos.

Casualidades de la vida, al poco tiempo, se celebró la romería de San Bartolomé y el Ecce Homo se convierte en poco más que una atracción de feria. Esto, unido al incremento de visitantes (y el dinero de los mismos), hizo que los vecinos fuesen cambiando su opinión sobre la “restauración” llevada a cabo por la citada señora. De esta manera, hasta se llegó a recoger firmas para que la obra se quedase como está.

Y, con la opinión dividida, se llegó a una decisión salomónica (y costosa): se quedan con los dos. Han contratado a un equipo de restauración que recuperará la obra original y la retocada. Y digo yo, con el dineral que eso cuesta: ¡recuperen la obra original y dejen una columna para que Cecilia pinte otro Ecce Homo!

Encima el Ayuntamiento de Borja quiere registrar la marca Ecce Homo para evitar mofas y un uso indebido del mismo ¡y aquí si que no me callo! Alguien debería de decirles que “Ecce Homos” hay por toda España y si no que vayan al Carpio donde hasta hay una autoescuela que se llama Ecce Homo. Esto me huele a que más que por motivos de dignidad sean económicos. De todas formas, los señores letrados del Excmo. Ayuntamiento de Borja deberían de leerse la Ley de Marcas. No sé… a lo mejor se llevan una sorpresa.

Pero aquí no acaba la cosa, Wallpeople ha organizado una exposición en Barcelona donde se pueden ver reinterpretaciones del Ecce Homo de Borja a modo de homenaje hacia Cecilia. A ver, yo lo entiendo ¡pero con un límite! No quiero ni pensar que aquí le dé al personal por reinterpretar “obras de arte” convirtiéndolas en iconos de nuestra cultura.