
En resumidas cuentas, que los rectores protestan
por los recortes en educación e investigación.
Sin querer entrar en el fondo de su manifiesto, sí
quiero plasmar una serie de pensamientos e ideas, sobre la Universidad pública
española, en particular los siguientes:
En la Universidad pública española hay
profesionales de gran nivel, verdaderos maestros, tanto a nivel docente como
investigador. Personas trabajadoras que han dado lo mejor de su vida por
intentar mejorar la vida de los demás, por lograr avances en la sociedad, en
todos los ámbitos.
Pero también hay mucho enchufado, mucho que ha
accedido al cargo de profesor (y de PAS) por ser hijo de fulano o por amigo de
mengano, por no hablar de temas más delicados que estarán en la mente de
muchos…
Es curioso como, por ejemplo, hay departamentos
universitarios o cátedras que tienen su propia “revista de investigación”, a
fin de publicar estudios realizados por pupilos de otros compañeros para que
les cuente como méritos a la hora de concursar a una plaza. Revistas que, en
muchos casos, se financiaban de la publicidad de la caja de ahorros de turno,
por amistad con su presidente o directivos.
En España tenemos 51 universidades públicas,
¡tenemos más universidades que provincias! ¿es eso normal? ¿es lógico? El ratio
de estudiante por universidad debe ser altísimo. Vamos, que tenemos un País en
el que formamos a más jefes que indios, como diría el castizo. Además, en los
índices internacionales de calidad las universidades públicas españolas no
aparecen, ni por asomo, entre las 100 primeras; en el ranking mundial de
universidades, la primera española es la Autónoma de Madrid, en el puesto 200.
Otro tema es el del presupuesto. Por ejemplo, el
presupuesto de la Universidad de Córdoba para 2012 era de 141.042.000,00 euros
y el de la Universidad de Sevilla 479.370.064,00 euros, que si hacemos la media
y lo multiplicamos por 51 sale una auténtica barbaridad.
Me parece a mí que el error es el sistema. Cada provincia
ha querido tener su hospital, su aeropuerto y su universidad, y eso no puede
ser. La cantidad no es sinónimo de calidad y la Universidad pública española
está sobredimensionada. Es otro tema que se ha de reestructurar, la Universidad
es parte del Sistema, parte de la casta y también ha de ser reformada, por el
bien de la propia Universidad, por el bien de España.