Estos
días Córdoba está viviendo una situación cuanto menos peculiar. Hace unas
semanas parte de la maleza que existe bajo el puente de El Arenal prendió,
creando un incendio importante que, según parece, puede haber afectado a parte
de la estructura del puente. Desde el pasado 7 de agosto el puente está cerrado
al tráfico de vehículos, con los problemas que esto está conllevando a muchos
ciudadanos que se ven obligados a dar un importante rodeo para poder ir a sus
destinos.
Hasta
aquí se puede entender la situación, un puente cerrado al tráfico por un
incendio, a la espera de que los ingenieros que han examinado los desperfectos
ocasionados por el incendio que se declaró en el pilar central de esta pasarela
den garantía de seguridad.
Lo
que no comprendo, lo que me llama mucho la atención, es el problema que se ha
hecho latente una vez más entre las distintas administraciones públicas. El
incendio tuvo su origen en la falta de limpieza del río, en la existencia de
vegetación que no es retirada ni por unos ni por otros, porque entre unos y
otros se hacen responsables de esta situación.
Por
un lado tenemos al Ayuntamiento de Córdoba, por el otro a la Confederación Hidrográfica
del Guadalquivir (dependiente del Ministerio de Agricultura) y, si faltara alguna,
a la Agencia de Medio Ambiente y Agua de Andalucía (que depende de la
Consejería de Agricultura); tres administraciones peleándose por quién limpia
el río. Según se decía ayer en el Diario Córdoba, el Alcalde de la Ciudad, nada
más tomar posesión, contactó con la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir
para que procedieran a la limpieza del río a su paso por Córdoba, y estos le
dijeron que esa era una competencia de la Agencia del Agua de Andalucía.
El
caso es que nadie lo ha limpiado y ahora los que sufren las consecuencias y las
molestias, los que se ven perjudicados y a los que les costará el dinero de
informes, estudios y análisis de expertos es a los ciudadanos, como siempre.
Este
es un ejemplo más de lo mal que está organizada la administración en España, de
los problemas que tenemos que aguantar los ciudadanos por culpa de este reparto
de competencias sin sentido, sin orden ni concierto. Porque al final, con tanta
administración hay cosas que no se sabe ni a cuál de ellas corresponden. Las
administraciones no responden y el perjudicado es el ciudadano.
Ahora es cuando se echa de menos el ayuntamiento en estos casos. Como siempre he dicho lo bueno de tener que federar el estado es esto, pero siempre dándole las competencias al que este más cercano al problema.
ResponderEliminarAhora todo el mundo puede decir que es por haber muchas competencias. Pero creo que el problema es por la falta de definición. Creo que sería aún peor si estuviera solo un estado, donde desde la capital se diera solución a todo.