“Todos somos iguales ante la Ley”; a nuestros
políticos últimamente se les llena la boca con esta frasecita. Y es que
reclaman esta igualdad de trato ante los tribunales de justicia al referirse a
la imputación de la Infanta Cristina, exigiendo que esta reciba el mismo
tratamiento que recibiría un ciudadano normal, cuando saben que, en realidad,
todos los españoles no somos iguales.
Y todos los españoles no somos iguales porque los
políticos se han otorgado a sí mismo un estatus especial, el del aforado.
Nuestro País tiene el mayor número de aforados de las democracias europeas, con
unas diez mil personas con una protección jurídica especial por el mero hecho
de ostentar un cargo de representación. Aquí son aforados, entre otros,
nuestros diputados y senadores, los miembros de las cámaras autonómicas, el
presidente del Gobierno y los ministros; también son aforados los magistrados
de los órganos superiores de Justicia, fiscales, miembros del Tribunal de Cuentas
y el Defensor del Pueblo. Sin olvidarnos del Jefe del Estado.
Por contraposición, en otros países europeos son
muchos menos los aforados. En Reino Unido y Alemania, donde no existe esta
figura procesal, en Francia, se limita al presidente de la República y a los
miembros del Gobierno; y en Italia y Portugal sólo disfrutan de estas garantías
los presidentes de la República.
Por eso cuando escucho a políticos, de todo pelaje
y condición, apelar a la igualdad ante la Ley me entra la risa, porque ¿cómo se
puede hablar de igualdad desde la desigualdad? Personas que reciben a Su
Señoría en su despacho o en su casa para declarar, o a las que se les otorga el
derecho de hacerlo por escrito, ¿cómo tienen la cara dura de decir que todos
hemos de ser iguales ante la Ley?, ¿por qué no empiezan dando ejemplo y
eliminan los aforamientos? Mientras esto ocurre me seguirá dando la risa.
Como bien sabes, Ángel, la redacción de las leyes españolas, democráticas, europeas y modernas, no discriminan a los ciudadanos sean altos, moreno, guapos, rubio, ricos, pobres, feos, hombres, mujeres, hombres, murcianos o pamplonicas
ResponderEliminarLas únicas excepciones establecidas constitucionalmente, son:
--- la Corona, cosa que es verdad que no todos los ciudadanos aceptan, pero otros muchos sí, la mayoría, entre los que me incluyo). No estoy hablando de la infanta Cristina, sino de la Corona, de la distinción y especialidad de esta institución y de las personas que ostentan ese tratamiento especial en todo aquello establecido en el Título II de la Constitución.
-- Y la otra, que casi nadie acepta (excepto los grandes beneficiados) no es una discriminación sólo de personas sino algo con un añadido peor: de privilegios territoriales e institucionales, léase fueros vascos y status especial para las provincias vascongadas, cosa que la Unión Europea ha denunciado insistentemente.
Todo eso es en teoría, porque las leyes no pueden ser de por sí discriminatorias. En la práctica la cosa cambia porque los primeros que se autoprivilegian son los políticos. Para sí y para sus partidos. Y ya está bien porque, para empezar, en España sobran la mitad de ellos. O sea, varios miles.
Una cosa es aceptar un status especial para una persona constitucionalmente establecido y otra tragar con privilegios que no vienen a cuento de centenares de personas dedicadas a la cosa pública.
Y luego, en la vida real, aunque la ley no discrimine a un rico de un pobre, todo el mundo sabe que si tengo mucho dinero puedo pagarme un abogado de esos bien caros que me llevará un asunto judicial en volandas y conseguirá lo que difícilmente podría conseguir para mí de no poder pagármelo. Es la vida. No la justifico. Digo que las cosas son así. Aquí y en Lima.
La infanta Cristina no ostenta la Corona y no tiene ningún status especial constitucionalmente establecido, pero su caso es muy ruidoso y mediático. Si queremos luchar contra los privilegios son mucho más dañinos para la sociedad los casos del Cupo Vasco y el de los políticos que se autoprivilegian.
Pues sí Romero, está claro que hay cosas de más calado. Un saludo y me alegra leerte.
EliminarA ti Ángel te producirá risa pero a mi produce indignación.
ResponderEliminarA los dos se os olvida a otros que como siempre pasan desapercibidos, los grandes empresarios. No hay ninguna ley que proteja a estos de la justicia, sin embargo todos saben que se les ofrece un trato muy especial. Solo hay que ver las condenas que son risorias, en muchos casos son indultados por los mismos que están a su servicio o mas bien en su nomina, pues son comprados con sobres.
No se si sabéis que este es el país donde se producen mas indultos de todos los alrededores. Para que sirva de ejemplo, en Francia se propusieron el año pasado cero indultos, en Inglaterra solo se produjo un indulto. Ahora imaginaros cuentos en España, pues no me acuerdo muy bien pero supero los 150 indultos, esto solo en un año pasado. Por supuesto casi todos relacionados con problemas fiscales y de malversación.
Con esto me refiero a que mas da que quitemos aforados si al final entran por la puerta delantera y alguien los saca por la trasera.
Por cierto se me olvidaba, la foto esta muy conseguida, pero el ojo que deberia de estar destapado seria el derecho, pues este sistema es conservador y eso de derechas.
ResponderEliminarMuy bueno Alfonso. :-)) Y es que la izquierda es buena y virginal...
EliminarTodo lo contrario, la izquierda tiene sus errores y horrores como todo en la vida. Pero este sistema que está implantado en España no es de izquierdas.
EliminarDestapa le el otro ojo y así es mas parecido a la "ley de transparencia"
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