Radio Televisión Española perdió 113 millones de
euros en el ejercicio 2012, cantidad que se ha repetido en 2013, pese a contar
con un presupuesto de 940 millones de euros, cuando con los gobiernos del Sr.
Rodríguez se le asignaba un presupuesto de 1.200 millones anuales, ahí es nada.
De hecho, según informaba ayer el diario El País, Televisión Española en su
intento por mantener la audiencia ha gastado 21 millones de euros más de lo
presupuestado. Y es que la corporación ingresó 92 millones de euros menos de lo
que se había calculado en su presupuesto. Y digo yo, con estos números, ¿cómo
continúan estos directivos? ¡Cosas de la gestión de lo público!
Porque es algo de lo que ya hemos hablado en otras
ocasiones en Desde el Caballo de las Tendillas, pero que con esta noticia
vuelve a estar de actualidad, ¿es necesario que contemos con un ente como RTVE?
Yo creo que no, en mi opinión España tiene otras prioridades más importantes.
Porque, ¿ha de entrar a competir la televisión
pública con las cadenas privadas? Porque creo que ahí está la clave, si es
necesario que Televisión Española entre en las guerras por la audiencia,
contraprogramando y pujando en subastas por las emisiones deportivas, por
ejemplo. Yo creo que no debería ser así, creo que la televisión pública no
debería entrar en estas guerras, se debería mantener al margen. Porque si una
empresa privada es capaz de dar un servicio de calidad y para conseguirlo
arriesga el dinero de sus accionistas, ¿qué pinta la empresa pública
compitiendo?, en estos casos la empresa pública se debería apartar y dejar
hacer, no debería competir con ella.
Cada día tengo más claro que la corporación de RTVE
se debe adelgazar, España no necesita a lo público metido en este sector. Si no
contamos con periódicos públicos, por qué tenemos que tener canales de
televisión o radio controlados por los políticos. La respuesta la tengo clara, esta
RTVE no es necesaria.
Pues aquí no estoy de acuerdo. Pienso que fue una soberana tontería (otra más de las suyas) la decisión del anterior gobierno socialista de evitar la publicidad en TVE. Y soy partidario de tener una televisión española que se asemeje y aproxime al modelo de calidad de la BBC inglesa.
ResponderEliminarEso sí, con posible reducción de algún canal, lo admito. Puede convivir con muchos canales privados. Lo que sobra, antes que una televisión nacional son los montones de canales inútiles y que, con conjunto, son mucho más onerosos. Al menos podrían reducir canales también, o seguir el ejemplo de la CC. Valenciana.
No es lo mismo perder 1000 millones a costa de impuesto entre todos los españoles que perder 100 a costa de lo mismo. Creo que la gente entiende esto.
Un saludo.
La información es vital para que los ciudadanos, porque ya sabemos lo que hacen las privadas. Estoy de acuerdo con Romero Landa en ese sentido. BBC aunque se pagaba con el dinero público, destapa casos de corrupción de los mismos que estaban en el poder, algo que aquí no vemos ni veremos, pero que en los privados se manipula, o desaparece. Claro ejemplo es el de las Marchas de la Dignidad que se hicieron hace poco, por lo que me han dicho han pasado desapercibidas o bien dan una información para distorsionar o desprestigiar estas protestas, tal y como se hizo en este mismo blog.
ResponderEliminarCada vez que se produce un ERE, en un ente público no sé porque echan a los trabajadores pero siguen intactos los altos cargos, cuando son los primeros que deben de estar en la calle por incompetentes. Puede servir como ejemplo el caso de Tele Madrid que siendo liberales como ellos dicen se pelean por ser directivos de estos entes, algo carente de lógica.
Lo de cerrar los canales no sé hasta qué punto son necesarios o no, pero hay canales culturales que aunque no tienen la audiencia de las privadas, son vistos por muchos ciudadanos. Aunque parece ser que si no ves los programas basura donde salen algunos personajillos de farándula no eres persona o no es necesario porque no tiene audiencia. Dejando la información y la cultura en manos privadas para que nos puedan moldear a su capricho.