Llevo un
tiempo refiriéndome al Ministerio de Asuntos Exteriores como el Ministerio de Silencios
Exteriores, siguiéndose la evolución iniciada por los gobiernos del Sr.
Rodríguez, que han llevado a España a ocupar una segunda (o tercera) fila en la
política internacional. Desgraciadamente nuestro País pinta cada vez menos en
el mundo y eso, lógicamente, tiene sus consecuencias en política interna y en la
economía española. Ya quedan muy lejanos los gobiernos de Aznar, en los que
España sí ocupaba la primera línea de la
esfera internacional y estuvo a punto de integrarse en el G8, hasta que llegó
ZP…
Actualmente
España no tiene una opinión respecto a casi nada en política exterior, España
no lidera nada, no pinta nada. En Cuba, por ejemplo, los disidentes siguen sin
acudir a nuestra Embajada, como protesta por la política española respecto a la
Isla. En Venezuela el silencio por respuesta, pese a que allí viven muchos
españoles que se están viendo privados de sus derechos, que están siendo torturados
y hasta asesinados. Y a Guinea Ecuatorial se le obvia, como si no existiera,
pese a ser el único país de África en el que el español es lengua oficial y
tiene unos vínculos con nuestro País que nos empeñamos en ignorar, algo que no
comprendo.
Pero hay un
tema en el que García Margallo no guarda silencio, al revés, le encanta hablar
y dar su opinión, me refiero al conocido como “tema catalán” (o pasión de
catalanes, como dicen algunos) y es que en lo que concierne al separatismo
catalán el Ministro de Silencios Exteriores no deja de regalarnos titulares. El
último ha sido ofrecer a un técnico de su ministerio para que comparezca ante
la comisión de estudio del Derecho a decidir del Parlamento catalán, sí, lo que
están leyendo; concretamente la presencia del Director General de asuntos
Económicos del Ministerio de Asuntos Exteriores, para discutir en el seno de
esa comisión, a la que se negaron a pertenecer el Partido Popular y Ciudadanos,
sobre el informe que ha elaborado Exteriores sobre el impacto negativo de la
independencia en el PIB catalán. No obstante, desde CIU se ha exigido la
presencia del Ministro, pues según argumentan, se trata de un debate político y
se debe hacer entre políticos, no entre técnicos. Y me temo que al final Margallo
acabará compareciendo, culminando el esperpento.
Esta es la
España al revés, en la que el Ministro de Asuntos Exteriores opina sobre los
asuntos internos del País y guarda silencio sobre política internacional. Así
nos va.
No sé porque admiráis a un tipo como Aznar, pues creer que hacer una buena política exterior es poner los pies encima de la mesa, y hablar de cómo invadir un país para hacerse con sus recursos. Lamentable me parece todo esto.
ResponderEliminarSe debería de iniciar una política exterior pero no de la manera antes mencionada. Ahora lo que más nos urge es hablar con nuestros países hermanos los que están en la comunidad europea e iniciar los contactos para salirnos del yugo económico que nos presiona y que tanto daño nos hace. Ya sé que puede parecer absurdo en vez de hablar con EEUU o Alemania pero por lo que vemos solo nos quieren para hacernos sus lacayos, pues los imperios no tienen amigos tienen opresores u oprimidos. Empecemos hablando con Irlanda, Grecia y sobre todo Portugal, un país con el que compartimos hasta la península y el cual no nos acercamos para nada.
Con respecto a Venezuela y Cuba, me sorprende que se hagáis eco de lo que está pasando cuando donde se produce de manera sistemática torturas en es Guantánamo, y donde un gran silencio lo cubre todo. Y sobre todo que pongáis a los manifestantes de este país como terroristas, sin embargo poner a los de Venezuela como héroes luchadores por la libertad, y sabiendo que son minoría, pues en los medios de desinformación españoles no ponen las grandes manifestaciones que hay a favor del gobierno y eso si que es mayoría. Incluso el mismo Capriles está llamando al orden a los manifestantes que según él están intentando dar un golpe de estado a un gobierno democrático.
En este tema, como en otros muchos no nos pondremos de acuerdo. Ya conoces mi opinión sobre Aznar.
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