Ayer Rafael Nadal agrandaba su leyenda. Porque Rafael Nadal ya es
leyenda viva del tenis y del deporte mundial. Con 28 años recién cumplidos, es
considerado el deportista español más importante de la historia, en su haber
cuenta con 14 triunfos en torneos del ‘Grand Slam’, una medalla de oro en los
Juegos Olímpicos de Pekín 2008, 4 triunfos en la Copa Davis y 27 torneos ganados
en ‘Masters 1000’. Esos son los números con los que Nadal se podría presentar,
pero para muchos, más importante que esos números es su persona y su saber
estar, su capacidad de esfuerzo, de sacrificio, su constancia y sobretodo su resiliencia (sí, eso, resiliencia).
Los españoles debemos estar muy orgullosos de que una persona como él
se sienta orgulloso de ser español y de que lleve el nombre de España por todos
los continentes. Porque Rafa Nadal ejerce de español y no esconde sus orígenes.
Y Rafa Nadal, para la gente normal, nos ha de servir de ejemplo. Es
verdad que es un elegido para el tenis, tocado por la mano de Dios para este
deporte, pero ese talento sin el sacrificio, el trabajo y la humildad no
serviría de nada; porque esas son otras de las características de este
magnífico deportista, como ya hemos dicho. Y es que su entorno, y principalmente
su entrenador (su tío Toni Nadal), han sabido transmitirle esas cualidades.
Unas cualidades que todos tendríamos que intentar tener presentes en nuestro
día a día y, sobre todo, transmitírselas a nuestra juventud, a nuestros hijos.
Rafa Nada lo tiene todo, lo ha conseguido todo en el mundo del deporte,
pero continúa esforzándose y trabajando como el primer día y sobretodo,
respetando al rival, siendo humilde. Rafa Nadal es un deportista con mayúsculas
y un verdadero ejemplo para todos. Solo me queda darle las gracias y desearle que
siga mucho tiempo siendo lo que es.
Toda la razón del mundo este hombre si es español. Pero lo es no por el hecho de reconocer que es de este país, lo es porque paga los impuestos como un español. No como algunos que se inventa un cuento para irse a un paraíso fiscal.
ResponderEliminarPero tampoco entiendo los empresarios que se hacen llamar españoles y sin embargo no quieren cumplir con sus obligaciones con el estado.