Y llegó otro domingo de verano, y seguimos recordando en Desde el
Caballo de las Tendillas. Y hoy os traigo uno de los post a los que más cariño
tengo, pues hablo de mi generación, la que algunos llamamos “la generación del
tsunami”. ¡Feliz domingo!
Hace unos días hablando con mi amiga Sonia sobre la crisis y la
situación general del País y la economía, me decía que nuestra generación, la
de los nacidos en los años 70 y principios de los 80 seremos conocidos como “la
Generación Tsunami”.
Personas que, en general, hemos cumplido con las exigencias de la
sociedad, hemos obtenido nuestra carrera universitaria, hemos cursado masters,
hablamos idiomas, hemos formado una familia y, algunos, ya tenemos
descendencia. Una generación que ha vivido feliz, protegidos por nuestros
padres y que hemos tenido casi todo lo que hemos querido.
Nuestra generación se inició con los ordenadores, las video consolas,
los videos y por último la telefonía móvil, como digo lo hemos tenido todo y de
todo hemos disfrutado. Hemos vivido en una belle epoque y pensábamos que esto
iba a ser eterno, que siempre íbamos a tenerlo todo.
Y llegó el tsunami. Una ola que ha acabado con la belle epoque, con las
ilusiones de una generación, con las esperanzas de que todo fuera siempre
igual.
Mario Conde (@mariocondeconde en Twitter), inicia su último libro “De
aquí se sale” (recomiendo su lectura) explicando una conversación con uno de
sus sobrinos, que le dice que su generación (la del Sr. Conde, la de nuestros
padres), algo ha tenido que hacer mal, puesto que cumpliendo con todas las
exigencias sociales, estudios, trabajo, matrimonio, hijos…, nos han dejado en
la estacada, nos han dejado tirados.
Es verdad que la generación de nuestros padres (las personas que han
tenido poder para influir y cambiar las cosas), no ha sabido asegurarnos un
futuro, pero nosotros también tenemos parte de culpa, puesto que nos hemos
dejado llevar pensando que la vida sería de rosas y me temo que mi
generación va a vivir peor que la de nuestros padres, porque llegó el Tsunami.
Lo que hay que preguntarse, el porque del tsunami...y desde luego Mario Conde no es un ejemplo a seguir.
ResponderEliminarEsta un poco perdido, todo eso que relatas de la generación setentera se consiguió gracias a la lucha obrera, que no se te olvide de donde vienes y a donde nos llevan...como un tsunami.