Ocurría el martes por la
mañana, la presidenta de VOX en Cuenca, Inma Sequí, de 18 años de edad, recibía
una brutal paliza a la puerta de su domicilio. Tres personas, dos hombres y una
mujer, al grito de “fascista” agredían a la joven política. Estos tres
energúmenos la esperaban a la puerta de su casa y le increparon “¡Es ella, a
ver qué dices ahora, fascista de los cojones”, golpeándola hasta dejarla inconsciente,
rompiéndole el pómulo, partiéndole el labio y recibiendo varias contusiones,
entre ellas en el brazo. Durante varias horas Inma Sequí permaneció ingresada
en un centro hospitalario. Tras estos hechos muchos han callado.
Sí, aunque la gran
mayoría han condenado lo sucedido y han expresado su solidaridad con la
política agredida y con VOX, otros han callado, o lo han condenado con la boca
pequeña, simplemente porque se ven obligados a hacerlo.
Medios de comunicación
han escondido la noticia, no dándole la importancia que tiene. Y es que el
martes, a una joven de Cuenca le daban una paliza por liderar en su Ciudad a
una opción política que se define de derechas, pero que es una opción plenamente
democrática y respetuosa con la Constitución y la legislación vigente. Y le
pegaron por ser de derechas, solo por eso. ¿Qué habría ocurrido si la agredida
hubiera sido de izquierdas?, seguramente los medios de comunicación no habrían
dejado de hablar de lo ocurrido, acaparando tertulias, columnas de opinión y
demás espacios… ¿Dónde están los grupos feministas? Seguramente si la agredida
hubiera sido de izquierdas habrían convocado concentraciones de protesta y en solidaridad
con la política atacada.
Y es que esta no es la
primera agresión que sufren miembros de VOX, en la pasada campaña para las
elecciones andaluzas, fueron atacados a pedradas en un mitin en Sevilla, y en
Córdoba fueron boicoteados por la extrema izquierda, algo que ya condenamos en Desde el Caballo de las Tendillas.
Este es el doble rasero
que existe en nuestro País, esta es parte de la izquierda que tenemos que
sufrir, la del o estás conmigo o estás contra mí.
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