sábado, 29 de agosto de 2015

RECORDANDO EN DECDLT… NACIONALIZAR ES ARRUINAR

Los sábados recordamos en Desde el Caballo de las Tendillas; y hoy os traemos un artículo publicado en febrero de 2014, en el que hablábamos de libertad y nos mostrábamos contra las nacionalizaciones. ¡Feliz día!



Izquierda Unida ha presentado una proposición no de ley en el Congreso de los Diputados en la que pide la nacionalización de las empresas del sector energético para preservar el interés general de este servicio y garantizar el suministro básico esencial a todos los ciudadanos. Se basa la coalición de izquierdas en el artículo 128 de nuestra Carta Magna, que contempla la intervención de empresas cuando así lo requiera el interés general.

Según informaba Libertad Digital, para IU es "inadmisible" la actual situación del sector de la energía, por la que los ciudadanos "pagan cada vez más" mientras las empresas recogen unos "beneficios impresentables".

En palabras del responsable de política energética de Izquierda Unida, "ha llegado el momento de hablar claro, tomar una decisión rápida y urgente" y acordar la inmediata intervención de las empresas del sector. "Hay que adoptar una decisión que nos libere de la dependencia energética, aplique tarifas sociales y tenga el objetivo de aumentar las energías renovables", ha sostenido Barrena antes de advertir de que el Gobierno "no tiene alternativa" y "no sabe cómo resolver el problema".

Es lógico que los comunistas de IU propongan la nacionalización de las eléctricas, y es lógico que lo que se tenga que hacer sea todo lo contrario, porque un análisis serio y realista de lo que está ocurriendo en este País en el sector energético lleva a pensar que la única solución posible es una auténtica liberalización que permita a las eléctricas competir entre sí, sino a los ciudadanos también competir contra las eléctricas.

Y es que contamos con un mercado energético surrealista, en el que más de la mitad del precio de la luz, por ejemplo, es consecuencia de impuestos e imposiciones políticas. La verdadera libertad para el ciudadano, vendría de la mano del fin de las subvenciones y regulaciones del sector energético, terminando con el oligopolio de las empresas eléctricas y el dirigismo estatal, permitiendo la autogeneración de electricidad y sin olvidar una apuesta por la energía nuclear. Solo así, liberalizando de verdad el sector energético se podrá hacer más asequible la energía, porque nacionalizar es arruinar.

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