Como bien los ha definido
mi amigo y compañero bloguero Javier Sobrevive son la nueva casta, los pijomunistas. Y parece que esta definición de pijomunistas no solo se
ha de circunscribir a los más jóvenes, pues visto lo visto parece que también
la podríamos ampliar a gran parte de la clase dirigente de Podemos y demás
satélites, siendo sus claros exponentes la propia Alcaldesa de Madrid y las
mansiones en las que pasa sus vacaciones o su concejala, una tal Montserrat
Galcerán, activista del movimiento okupa y propietaria de 9 inmuebles en la
capital de España.
Sí, porque la Sra.
Galcerán, que es habitual en las manifestaciones del colectivo okupa de Madrid,
es propietaria de 9 viviendas. Viviendas que la regidora madrileña no pone a
disposición de sus amigos del Patio Maravillas para que desarrollen sus
actividades reivindicativas y de resocialización de la gente, que es a lo que
aspiran todos estos comunistas, a reeducarnos para que acabemos pensando como
ellos. Y ahí está la propietaria de tantos inmuebles defendiendo la ocupación
ilegal de propiedades de otros, porque estoy seguro de que sus pisos no se los
toca nadie.
Aunque visto lo visto
este tipo de actitudes entre la clase dirigente de un partido de la extrema
izquierda es algo habitual, y ejemplos a lo largo de la historia y a lo largo
del mundo tenemos muchos. Y es que resulta que a estos, a los que se les llena
la boca de hablar de solidaridad, de ayudar al más necesitado y de nacionalizar
las propiedades (de otros, claro está), amasan fortunas dignas de un burgués al
que la vida le ha ido muy bien. Y ahí tenemos el ejemplo de Pablo Iglesias, que
es el político que más dinero ha ganado en el 2015, o a Ramón Espinar, un
especulador del ladrillo nivel experto…
El caso es que esta gente
la tiene como el cemento armado. Ya me gustaría a mí escuchar a la tal Galcerán
hablando de la función social de la propiedad, de la necesidad de expropiar al
rico para que todos tengan derecho a una vivienda y de tantas otras memeces o
palabras sin sentido, porque cuando sabes que tiene 9 viviendas y que defiende
la ocupación de otras te das cuenta que esta gente la tiene más dura que el cemento.
Que son unos sinvergüenzas profesionales.
Lo peor es que luego este tipo de personas abusan de otros sin tentarse el corazón, por eso es buen asesorarse sobre el tema de desokupa y estar siempre prevenidos para evitar ser pisoteados por está clase de personas.
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