Después del último atentado a manos de yihadistas, esta vez
en Londres, hay varias asuntos de los que no nos estamos percatando y que
deberíamos tener muy en cuenta. En primer lugar la seguridad en Europa, que
deja mucho que desear. No es normal que se produzcan este tipo de atentados de
la forma que se está produciendo y sobre todo dónde se están produciendo.
Camiones que consiguen llegar al centro de una ciudad o, como en este último
caso, alguien que consigue matar al lado del Parlamento británico.
Pero siendo preocupante eso hay dos cosas que lo son más
todavía, el lenguaje y los comunicados oficiales que se producen justo después
de esos atentados. Incidentes, lobos solitarios, evitar dar el nombre del
terrorista...todo eso es incomprensible. Porque si lo que se pretende es
proteger a la comunidad musulmana o no sembrar el miedo y el terror en la gente
consiguen todo lo contrario. Cuando sucede algo así todos sabemos quiénes
pueden ser los culpables, ese lenguaje, esa forma de comunicar las cosas parece
más un intento de manipulación que una forma de prudencia por parte de
autoridades o medios de comunicación.
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