Todo
llega. Y la sanción al podemita Pablo Echenique también. Una sanción muy grave
propuesta por la Inspección de Trabajo por tener contratado a su asistente particular
de manera irregular; motivo por el cual el Secretario de Organización de
Podemos deberá abonar una multa de entre 10.001 y 25.000 euros.
¿Y
ahora qué? Pues ahora los de Podemos lo justificarán, darán cientos de
explicaciones, lanzarán alguna campaña de apoyo en redes sociales y pasará el
chaparrón. O al menos eso van a intentar. Pero todo el mundo ha de enterarse de
que Pablo Echenique es un defraudador y que tenía a su asistente personal
contratado de manera irregular.
Y
volvemos a lo de siempre, ¿qué estaría exigiendo Podemos si en el lugar de Pablo
Echenique estuviera un dirigente del Partido Popular? Pues eso mismo, que se
apliquen el cuento y pidan la dimisión de Echenique, que es lo que procede.
Y
es que, visto lo visto, Podemos no está en disposición de exigir nada a los
demás, porque cuando se conocen casos de corrupción en sus filas, que los hay y
muchos, siempre los justifican y cierran filas en torno al corrupto. Y ahora
con Echenique dirán mil cosas en su defensa y todo tendrá una respuesta lógica,
pero el solo hecho de que la Inspección de Trabajo lo haya sancionado debería
ser razón sin más (siguiendo la propia lógica de los podemitas) para que
Echenique presente su dimisión.
Podemos ha llegado a las Instituciones de este País con un mensaje contra la corrupción, haciéndose pasar por los buenos de la película, los impolutos, los que van a traer una “nueva forma de hacer política”. Pero a la hora de la verdad no dan ejemplo, no actúan en consecuencia a sus mensajes. Porque si de verdad se creyeran lo que dicen, porque si verdad fueran honestos, también exigirían la dimisión de Echenique.
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