La
pasada semana Podemos montaba su parafernalia de corte comunista - separatista
- filoetarra para anunciar una moción de censura contra el gobierno de Mariano
Rajoy. Cualquiera que viera esa rueda de prensa, con los dirigentes podemitas y
sus caras avigranadas, pensaría que todo estaba ya hecho, pero nada más lejos
de la realidad. Todo eran fuegos artificiales, algo a lo que Pablo Iglesias nos
tiene ya muy acostumbrados.
Y
todo eran fuegos artificiales porque antes de anunciar la moción de censura no
habían hablado con nadie. Ningún otro grupo político tenía idea de eso de la
moción, aunque sus amigos de ERC y Bildu han tardado poco en anunciar el apoyo
a sus colegas. Algo que ningún otro partido ha secundado.
Y todo
eran fuegos artificiales porque después, además, se supo que la decisión de
presentar la moción de censura la tenían que consultar con las bases, que para
eso ellos son muy democráticos y toman las decisiones saltándose a la torera
sus propias normas... Vamos, un montaje en toda regla.
Y
todo era un montaje porque además, dicen que esta es una moción de la gente de
la calle y pretenden reunirse con asociaciones, sindicatos y demás colectivos
afines para que les den un apoyo que no les sirve para nada, tan solo para
lograr algún titular.
Y
todo era un montaje porque han organizado una manifestación, el día antes de la
celebración de las primaras del PSOE, para que el pueblo apoye esa moción.
Visto lo visto, queda claro cual es el interés de Pablo Iglesias y Podemos, desgastar las instituciones y, aprovechando la situación que vive el PSOE, intentar arañar espacio electoral a los socialistas. Y para eso quieren hacer uso de una herramienta tan seria y excepcional como es la moción de censura. Y es que lo de Podemos, o es una moción de artificio o un montaje de censura, pero para nada es una moción de censura, porque los amigos del narcoestado venezolano tienen otro objetivo…
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