Ayer se celebró en el Congreso de los Diputados,
como casi cada miércoles, la sesión de control al Gobierno de la Nación. El
objetivo es que los diferentes grupos parlamentarios pregunten a los miembros
del Gobierno sobre aquellas cuestiones que consideren pertinentes, a fin de
fiscalizar y desarrollar la función de control que compete al Poder legislativo
sobre el ejecutivo.
Pero, desgraciadamente, en la mayoría de los casos
no se cumplen estos objetivos en la sesión de control. Y es que, como ocurrió
ayer, esta sesión se convierte en un “y tú más”, en una carrera entre los dos
principales partidos por sacarle las vergüenzas al otro.
De las preguntas que pude ver en distintos medios de
comunicación, casi la única que versó sobre cuestiones que afectan directamente
a los ciudadanos fue la que realizó Alfredo P. Rubalcaba al Presidente del
Gobierno, Mariano Rajoy.
El resto de preguntas y respuestas (al menos las que
se incluyeron en los telediarios), fueron sobre corrupción. Que si el caso
Gürtel, que si el caso Blanco, que si Ponferrada, que si el punto de cruz,
¡hasta referencias a los GAL se hicieron ayer!
¿Nadie pone cordura? ¿No se dan cuenta que los ciudadanos
no queremos estas actitudes? La función de control, de fiscalización, es
obligada y la oposición ha de llevarla a cabo, por eso deberían dejar de buscar
el interés personal (del partido) en vez del interés general (el de los
ciudadanos), y ponerse a hablar de lo que preocupa a la gente de la calle. A
preguntar por el desempleo, a preguntar por la economía, por las necesidades de
la gente y no a intentar hacer daño y erosionar al Gobierno. Y lo mismo le digo
al Gobierno, aprovechen estas comparecencias para explicar sus políticas y no
las utilicen para hacer sangre en la oposición.
Para eso unos y otros (principalmente PSOE y PP) ya
tienen los mítines y actos de fines de semana.
Como dije hace meses “El Congreso y el Senado no son tabernas”, y es que con estas actitudes los políticos demuestran que están
muy alejados de los problemas reales de los ciudadanos. Y lo peor es que parece
que les da igual, ellos a lo suyo.