Hace
unos días se hacía público un video en el que, Mitt Romney, candidato del
Partido Republicano a la presidencia de los Estados Unidos de América,
insultaba a los votantes de Obama.
El
candidato decía lo siguiente: «Un 47% de la gente votará por el presidente (Obama)
en cualquier caso. Ese 47% son personas que están con él, que dependen del
Gobierno, que creen que se sienten víctimas, que creen que el Gobierno tiene la
responsabilidad de cuidar de ellos, que
creen que tienen el derecho a una atención sanitaria, a comida, a
vivienda, a cualquier cosa. Esos son derechos y el Gobierno debería dárselos y
ellos votarán por este presidente sin importar qué haga. Estas son personas que
no pagan IRPF. Mi trabajo no es preocuparme por esas personas. Nunca les
convenceré de que deben asumir su responsabilidad y cuidar de sus vidas».
El caso es que estas declaraciones, a 50 días de las
elecciones, pueden perjudicar mucho al candidato republicano. Han sido muchos
los miembros de su partido que le han criticado, según los expertos en política
americana, le podría costar la presidencia.
Y yo me pregunto ¿qué habría ocurrido en este País
si se dice eso mismo? creo que poca cosa, no creo que hubiera tenido mucha
importancia.
En España políticos de todo el espectro critican e
insultan a otros políticos y a votantes y no ocurre nada, parece que no le damos
importancia a estas actitudes, al revés algunos lo ven como algo positivo, las
aplauden. Sólo hay que recordar los insultos de Alfonso Guerra al Presidente
Suárez, que fueron aplaudidos y reídos por muchos.
Esa es una de las grandes diferencias con las
democracias más avanzadas, como ocurre en Estados Unidos, donde están muy mal
vistos los insultos a los adversarios políticos y, mucho peor a los votantes,
que son sagrados, voten a quien voten.
Los ciudadanos hemos de exigir a los políticos unas
formas, una educación exquisita, en definitiva, una moral y un respeto al
adversario y a todos los votantes. Y eso en España todavía no ocurre. Nos queda
mucho por aprender, nos queda mucha democracia por recorrer.
Vivimos tiempos en que la sinceridad y hablar a pecho descubierto, suponen un peligro mortal.
ResponderEliminarPrima la doblez y el lenguaje políticamente correcto.
Que Romney cometiera ese "desliz", que hablara sin tapujos diciendo -libremente -lo que piensa, se considera un error dentro de la atmósfera que respiramos.
No es de extrañar viendo como el secret gral de la ONU dice "que las viñetas francesas son una provocación contra el Islam".
¿Y la libertad de expresión?.¿Qué fue de ella?.
No tenemos que irnos tan lejos.Esperanza Aguirre ha sido el ejemplo perfecto de lo que es una política transparente,que hablaba claro, sin rodeos, al meollo.
Especies en extinción...
Encantado de que participes en el Blog Natalia, un honor. Estoy de acuerdo contigo en cuanto a la libertad de expresión. Lo que ha dicho Romney en España habría pasado inadvertido, porque aquí estamos acostumbrados a los insultos al adversario político, a éso me refería.
ResponderEliminarEn realidad lo que ha dicho Romney posiblemente sea una verdad como un templo, pero allí tienen otro concepto de lo que ha de ser hablar de los votantes del partido contrario, cosa que aquí no ocurre.
Un saludo y gracias.
Estoy de acuerdo con lo que planteas. Una de las cosas que no me gusta del sistema de gobierno español es la falta de respeto continua en la que caen unos y otros. No son ejemplo para la población. Con frecuencia insultan al pueblo con sus acciones, burlas y poca consideración por quienes les mantenemos en el poder pagando nuestros impuestos. Incluso en Esperanza Aguirre he visto estos hechos que planteo. Creo que ante todo la forma y la buena educación debe caracterizar a cualquier mandatario.
ResponderEliminarUn saludo y comparto.
Hola Lumy, encantado de leerte por aquí, muchas gracias. Esta claro que los políticos deberían ser un ejemplo para la población y, desgraciadamente, casi siempre no es así. Un saludo.
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