Escuché
ayer en Es Radio, en el programa Es Noticia, una entrevista que me impactó.
Dieter Brandau, el presentador del programa, entrevistó al Alcalde del
municipio sevillano de Burguillos, localidad andaluza que se ha declarado
en quiebra.
Este
pueblo de 6.500 habitantes tiene una deuda de 70 millones de euros. Indicó el
Alcalde que esta situación no se debe a la crisis económica, que no es
consecuencia de los problemas que vive el País, sino debido a la mala gestión
de la anterior corporación municipal.
A
modo de ejemplo de la mala gestión el actual primer edil, Domingo Delgado,
indicó que el anterior Alcalde "tenía un salario que superaba los
10.000 euros mensuales, una tarjeta Visa que generó unos gastos de 174.000
euros"; de esos gastos "78.000 están aún por justificar, el resto se
ha justificado por compra de regalos, relojes carísimos, viajes por toda Europa, comidas en los
mejores restaurantes...". Como dato, Delgado indicó que "en los
últimos 4 años se gastaron casi
200.000 euros sólo en comidas".
El
caso es que "el pleno ha declarado, por unanimidad de todos los grupos
políticos, la insolvencia del Ayuntamiento y la petición de auxilio a las
distintas administraciones"; además, a la deuda de Burguillos se
añade la petición de la Junta de Andalucía y de la Diputación provincial de la devolución de los 2 millones de euros de
subvenciones que ambas administraciones otorgaron al municipio. De
hecho, al no poder devolver estas
subvenciones, se encuentran embargados la totalidad de los tributos gestionados
por Andalucía.
¿Cómo puede una localidad de 6.500 habitantes tener
una deuda de 70 millones de euros? ¡A más de 10.700 € por persona! Esta
situación denota la falta de control sobre las administraciones, pues no existe
un control sobre la res pública. Cada administración hace y deshace a su
antojo, y luego pasa lo que pasa…
Como decía ayer en Facebook, por hechos como estos
se ha de modificar la estructura y organización del Estado. No podemos seguir
así.
Lo que más me ha gustado de esto es la imagen, es muy original y lo dice todo.
ResponderEliminarEntonces usando la misma regla que se usa para quitar las autonomías deberíamos de quitar los ayuntamientos, pues son muchos los que han hecho estas cosas.
Al hilo del articulo si te puedo decir que de todo esto nosotros tenemos la culpa. Votamos a unos a otros pero cuando fallan, no salimos a la calle a pedirles cuentas. Nos quedamos en nuestras casas avergonzados y buscando culpables por el desastre.
Está claro que los ciudadanos somos responsables, indirectamente, de lo que hacen los que hemos votado y es verdad que exigimos pocas responsabilidades. Al menos medios como este sirven para canalizar estas protestas. En mi opinión las CCAA son totalmente prescindibles, los Ayuntamientos no, lo que habría que hacer con los Ayuntamientos es reducir su número y que el estado central controlara más sus cuentas.
EliminarMe ha llegado esta noticia por correo, pero ya no me sorprende, la desafección de la ciudadanía por los políticos y la banca es extrema. Salir a la calle se criminaliza como la "Kale borroka", pero hay mucha gente que sale en todas partes y se manifiesta de diversas maneras, pero la resuesta del gobierno es "cero", con lo que el ciudadano aplica a los políticos aquello de "no hay mayor desprecio que no hacer aprecio", es deprimente, tienen un ombligo gigantesco y unas anteojeras de elefante africano,(lo digo por las orejas), aún se les criminaliza poco a ellos por el daño que están causando, pero el poder emborracha y es adictivo, la droga más peligrosa para la salud de ellos y de los demás, pues tiene un efecto rebote que no calculan. También debo decir que los hay que son perfectamente honrados y trabajan para el bién común pero..., no se les vé y no les dejan porque les vá su estatus, mirarles sus caras y expresiones, sus palabras que no dicen, hasta en sus manos está escrito el rictus del engaño persistente y obcecado, dejadlos ya, no tienen remedio, tal vez algún día se den cuenta de que no vale la pena vivir la vida que han llevado y que llevan, son ciegos y no lo saben, son sordos porque no quieren escuchar, son mudos porque no dicen verdad, no deseo para mi sus vidas como tampoco la deseo para vosotros.
ResponderEliminarHola José, bienvenido al Blog, espero que sigas participando. En gran parte estoy de acuerdo con lo que has indicado. Un saludo.
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