Una
de las épocas del año preferidas de D. Perfecto es la Semana Santa. Le podéis
preguntar lo que queráis sobre las cofradías cordobesas que lo sabe. Bueno... y
ya no hablemos de la música cofrade. Cuando lo conocí, me hacía gracia que siempre
que me montaba en su coche tenía como música de fondo una marcha de Semana Santa
hasta que un día le dije: “Otra vez...”. Ahora, muchos años después, NADA ha
cambiado. Es más, ha aumentado. Ahora no solo las pone en el coche (cuando va
solo, por supuesto), sino que también en casa cuando se sienta delante del
ordenador (con sus correspondientes auriculares) y las tiene de politono.
Luego
es gracioso. Me acuerdo que hace tiempo me llevó a un concierto que daba la
Banda de las Cigarreras de Sevilla en la Diputación de Córdoba y él, para que
yo comprendiese el valor de ese concierto, me dijo que eran como “los Rolling
Stone de la música cofrade”.
Pues
bien, dicho todo esto y como os podéis imaginar, en mi casa la Semana Santa se
vive MUY INTÉNSAMENTE.
Empezamos
con el Viernes de Dolores. Ese día por la mañana D. Perfecto va a visitar a la
Virgen de los Dolores con su padre y cuando llega a mi casa siempre viene con
un ramo de clavellinas blanca (¿por qué? so lo sé. Un día lo hizo y ya es
tradición en mi casa) y dos torrijas de la pastelería “La Catalana”, que son
famosas en la ciudad y están para moriiiiiiirse de buenas. Por la tarde, y con
la plaza de los Capuchinos abarrotada de cordobeses, volvemos todos a ver a la
Virgen. A las 20.00 h aproximadamente empiezan los Vía Crucis y vamos a todos
los que nos da tiempo. No importa de dónde salgan... pies para que os quiero. A
mí, personalmente, el que más me gusta es el de la iglesia de San Pablo.
Pero
lo bueno, bueno, empieza el domingo por la mañana. Yo no sé de donde sale tanta
gente y cochecitos de niños chicos para ver la Borriquita, es todo una odisea.
Pero para odisea, comer en un bar. Y, tras ésto, a las 17.00 h, hay que estar
en la plaza de la Corredera para ver “Las Penas de Santiago”. A partir de aquí
ya es no parar y, entre procesión y procesión, ¡marchando una de pipas! que,
como tienen sal, me da sed y, como me da sed, voy de puesto en puesto comprando
“coca-colas”.
Uno
de los lugares más bonitos y típicos de Córdoba es la Cuesta del Bailío. Pues
bien, hay algunos pasos que la descienden y, aparte de tener un gran mérito, es
digno de ver. El problema: que es tan bonito que TODOS queremos verlo pero, si
tenéis oportunidad, de verdad que merece la pena.
El
Lunes, Martes y Miércoles Santo nuestro ritmo es prácticamente igual que el del
Domingo. Con la diferencia de que hay un poco de menos gente y es más fácil
moverse, porque he que aclarar que a D. Perfecto no le gusta ver los pasos en
la Carrera oficial ni quedarse quieto en la misma esquina. Vamos de calle en
calle, así haya que cruzar media ciudad porque “el efecto del Cristo x pasando
por debajo del arco de la calle x es muy bonito”. Generalmente, uno de esos
días aparece el Dueño del Blog con su familia. Uno, porque el dos, después de
las caminatas, no suele producirse. Eso sí, aparece un día pero cumple con las
tradiciones porque la torrija de “La Catalana” se la lleva puesta.
Luego
viene el Jueves Santo. ¿Que he dicho antes que había menos gente por la calle? pues
el Jueves se multiplica otra vez la afluencia. Motivo: los legionarios, que van
escoltando al Cristo de la Caridad. Una historia verlos... y encima para que no
toque cantar el “Novio de la muerte” cuando pasan por delante. Eso sí, si te
toca, es digno de grabar.
Y
¡por fin llegó el Viernes Santo! Éste es el día que más me gusta. Entre que
muchos se han ido de viaje, pero sigue habiendo ambientillo, y el olor a azahar
de las calles mezclado con el del incienso, hace que disfrute de pasear por las
calles de Córdoba y ver los pasos que procesionan. Ese día siempre vamos a la
taberna “El Gallo”, castiza donde las haya, y nos comemos para cenar un
bocadillo de calamares con mahonesa (buenísimo y os recuerdo que es vigilia)...
que es una de sus especialidades. Yo creo que esa tradición también la tienen
muchos cordobeses pero, para tradición, la de la propia taberna en sí. Si vais
cualquier día del año, os daréis cuenta que encima de la barra hay un fotóforo
con una vela derretida que solo se enciende el Viernes Santo. Después de todo esto,
nos vamos a ver encerrarse a la cofradía del Santo Sepulcro en la plaza de la
Compañía. Es un momento especial porque apagan todas las luces de la plaza, que
solo está iluminada con las velas que llevan los nazarenos y las imágenes.
Además, y pese a que la plaza está llena, todo el mundo guarda silencio en
señal de respeto y el único sonido que se oye es el del trío de oboe, clarinete
y fagot que acompaña al Señor y el coro que va con la Virgen.
El
Sábado Santo toca descanso y el Domingo de Resurrección por la mañana vamos a
ver la última procesión... Como veréis, tiempo para aburrirme no tengo.
Lo
que sí os puedo asegurar es que, a quién le guste la Semana Santa, TIENE QUE
VENIR A CÓRDOBA y dejarse llevar entre la gente para poder disfrutar así de
esta festividad religiosa tan arraigada en nuestra Ciudad. Quizás lo primero
que le llame la atención a cualquier visitante es la cantidad de cofradías (...como
ya he dicho a lo largo del post...) que hay y el valor de su patrimonio; que
poco a poco, y en la medida de sus posibilidades, van aumentando. Para
haceros una idea de lo que podéis ver,
os dejo unos enlaces:
Y
dicho todo ésto, que sepáis que SOIS TODOS BIENVENIDOS. (PD: con zapatitos
planos mejor).
Creo que la semana santa es una de esas fiestas imperecederas sin las cuales todos, ateos y creyentes, nos encontraríamos un poco desamparados... Esta semana hay que vivirla al mil por mil porque, para unos y para otros, sólo se ve una vez al año y casi siempre llueve...
ResponderEliminarUn saludazo.
Hola amigo. Totalmente de acuerdo, esta fiesta ha superado el tema religioso, para pasar a ser algo cultural. Esperemos que el agua respete. Feliz domingo.
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