Volvemos a publicar un artículo del
amigo José Quijada Rubira, @PepeWilliamMunn. Recuerdo que el Blog está abierto a todos los que
quieran participar.
Por no sé qué extraña causa, por no sé
qué falso motivo, la izquierda en España siempre ha gozado de un prestigio, de
un halo beatífico, totalmente inmerecido
y falaz, sin un razonamiento lógico y sólido donde basar esa fama, donde
mantener ese falsario. De una manera obscena, en virtud de no sé qué dogma
proclamado por no sé quién, se reconoce a sí misma la encarnación de la
sensibilidad social, poseedora de de unos ideales y principios superiores,
considerándose la máxima autoridad moral, en cada momento y circunstancia. Mucho
tiene que ver la inmensa maquinaria propagandística que siempre ha tenido,
funcionando a todo gas, manipulando y distorsionando a su antojo todo lo
acontecido, cambiando y manoseando los hechos, proyectándolos a su favor de
manera sectaria y fanática, ocultando la verdad histórica y elevando sus
consignas a la categoría de argumentos.
Sin embargo, si uno se preocupa de
estudiar, de indagar en la oscura historia de la izquierda, en ese pasado que
glorifican y ponen de modelo a seguir, de donde surge y nace esa supuesta
superioridad moral, comprobará y llegará a la conclusión de que su legado –el presente
es idéntico- es lo más siniestro, terrorífico y genocida que se pueda alcanzar.
Pronto se desmonta el “formidable instrumento de poder moldeado en el yunque de
la psicología de las sectas”, que decía Raymond Aron sobre el marxismo,
quedando a la intemperie todas sus miserias, sus contradicciones, su falta de
coherencia y, sobre todo, su atroz, brutal y patibularia genealogía.
Para llevar un orden, no sólo
cronológico, y no mezclar toda el ala izquierdista, he considerado dividirla en
tres grupos, movimientos o partidos, para una mayor claridad en la exposición y
lectura de los actos llevados a cabo por ellos, tomando como punto de partida
el Siglo XX y finales del XIX: Anarquistas, Partido Comunista y Partido
Socialista Obrero Español. Sigo con declaraciones de personajes insignes, que
vivieron en primera persona los hechos, y termino con una pequeña conclusión a
lo anteriormente descrito.
1). ANARQUISTAS:
Los anarquistas pueden presumir del
magnicidio de tres presidentes de España, comenzando por Cánovas del Castillo,
en 1897, por Angiolillo; José Canalejas, en 1912, por Pardiñas; y Eduardo Dato,
en 1921, por Casanellas, Nicolau y Mateo. Todos ellos a tiros y por la espalda,
de manera cobarde y vil. También lo intentaron con Maura, el político
conservador considerado la bestia negra de los anarquistas, en 1904, por Artal (esta vez con un cuchillo), y en 1910,
que trataremos en el bloque socialista. Además, el atentado de Mateo Morral
contra Alfonso XIII, que causó 28 muertes en 1906; o el del Liceo de Barcelona, por Santiago
Salvador, en 1893, causando 22 muertos, ambos con bomba.
Como CNT (Confederación Nacional de
Trabajadores), FAI (Federación Anarquista Ibérica) u otros nombres de
grupúsculos anarcoides, participaron activamente en la insurrección de Casas
Viejas, en 1933, donde quisieron proclamar el “comunismo libertario”; la
Revolución de Asturias de 1934, un golpe de Estado porque gobernaba la derecha;
y en el Frente Popular (1936), que daría lugar a todo tipo de desmanes y
asesinatos consentidos: la llamada “primavera trágica”, que llevaría a la
Guerra Civil. El movimiento anarquista oscila, permanentemente, entre dos
polos: la organización sindical estructurada y revolucionaria, y el terrorismo
puro y duro. Uno de sus líderes, García Oliver –ministro de justicia en
noviembre de 1936- es muy claro: “La República no es más que una entidad
burguesa que debe ser superada por el comunismo libertario”. Es la puesta en
práctica de la “gimnasia revolucionaria”, incluso formando parte de los
gobiernos: de la Generalitat catalana primero, de la República después.
2). PARTIDO COMUNISTA ESPAÑOL:
El 15 de abril de 1920, en la Casa del
Pueblo de Madrid, fue fundado el Partido Comunista Español. Entre sus
fundadores estaba Dolores Ibárruri, conocida como “La Pasionaria”, admiradora
de la Revolución Bolchevique, y que entre sus capítulos más destacados está la
frase que le dijo a Calvo Sotelo en las Cortes, dos días antes de su asesinato:
“Este es tu último discurso”, como así testifica el historiador Salvador
Madariaga. Entre sus muchos discursos, podemos poner este pequeño ejemplo, de
febrero de 1936, tras las últimas elecciones de la 2ª República: “Vivimos en
una situación revolucionaria que no puede ser demorada con obstáculos
legales… El pueblo impone su propia legalidad y el 16 de febrero pidió la
ejecución de sus asesinos”. Tras un llamamiento internacional –de Ibárruri- por
radio, el 29 de julio del 36, comienzan a formarse las Brigadas Internacionales
de voluntarios, sembrando el terror en toda España.
El Partido Comunista de España, junto a
PSOE y anarquistas, crea las milicias, armando a miles de personas durante la
II República, con el fin de organizar una insurrección armada que dio lugar a
la Revolución de Asturias de 1934, aunque los socialistas fueron los
principales protagonistas. Una pieza fundamental del Terror rojo fueron las
llamadas “checas”, que en la España republicana funcionaban como centro de
detención interrogatorio, tortura y ejecución desde los primeros días de la
guerra hasta sus compases finales. Las checas comenzaron siendo cárceles
privadas de los partidos y sindicatos del Frente Popular. Hay que destacar a
Santiago Carrillo que, aunque comenzó en el socialismo, fue el unificador de
las Juventudes Socialistas y Comunistas el 1 de abril de 1936, siendo nombrado
Secretario General y llegando a ser el alma mater del PCE. Carrillo es el
responsable, desde su consejería de Orden Público, de las matanzas de
Paracuellos en noviembre y diciembre de 1936, ejecutando a varios miles de
inocentes, en el mayor genocidio producido en España, entre ellos Ramiro de
Maeztu, Pedro Muñoz Seca, Ramiro Ledesma Ramos, etc. Hay que significar
también, que había una checa para intelectuales: la Alianza Internacional de
Intelectuales Antifascistas, instalada en el Palacio de Zabálburu, con el poeta
Rafael Alberti a la cabeza, que se propuso depurar la Academia Española. Más de
200 checas en toda España, para exterminar a la “quinta columna”: simpatizantes
del Alzamiento que, desde dentro, actuaban clandestinamente.
3). PARTIDO SOCIALISTA OBRERO ESPAÑOL:
El PSOE nació en 1879, fundado por Pablo
Iglesias. Su sindicato, la Unión General de Trabajadores, en 1888. El
movimiento socialista representaba a Marx frente a Bakunin (anarquistas). El
PSOE nunca fue un partido moderado: su programa era –y lo seguiría siendo- la
toma del poder y la implantación de la dictadura del proletariado. En 1909
participan en la violentísima Semana Trágica de Barcelona: 120 muertos, más de
500 heridos, 112 edificios derruidos por el fuego. Consigue su primer diputado
en 1909, su flamante líder Pablo Iglesias, que en la sesión del 7 de julio de
1910 proclama: “Este partido está en la legalidad mientras la legalidad le
permita adquirir lo que necesita; fuera de la legalidad, cuando ella no le
permita realizar sus aspiraciones”. La exaltación revolucionaria de Iglesias le
lleva a amenazar de muerte al presidente del Gobierno, Antonio Maura: “Tal ha
sido la indignación por la política del gobierno presidido por el señor Maura
en los elementos proletarios que nosotros… hemos llegado al extremo de
considerar que antes que Su Señoría suba al Poder debemos ir hasta el atentado
personal”. Quince días después, el simpatizante socialista Manuel Posa, de 18
años, disparaba tres tiros contra Maura, que resultó gravemente herido.
En consonancia con sus posiciones
maximalistas, el PSOE apoyó la huelga revolucionaria de 1917, eco de la
revolución soviética. Es un partido que considera la violencia como un
instrumento apto para conquistar el poder. En la Segunda República, cede la
iniciativa a los republicanos para que éstos dieran el primer impulso
revolucionario. Largo Caballero, el llamado Lenin español, siempre lo expresó
con claridad: “la República sólo era un paso necesario para la transformación
revolucionaria del sistema político y económico”. Su modelo era la Rusia de los
soviets.
Cuando la derecha gana las elecciones de
1933, consiguiendo cinco millones y medio de votos para un cuerpo electoral de
ocho millones y medio de votantes, perdiendo los socialistas la mitad de sus
diputados, comienzan a preparar el golpe de Estado conocido como la Revolución
de Asturias de octubre de 1934, a pesar que la CEDA, el partido más votado,
queda excluido del Gobierno, circunstancia anómala en cualquier democracia
normal. Pero es que la II República era una seudodemocracia sometida a la
tutela de la izquierda. Al inicio de 1934, la comisión ejecutiva del PSOE
aprobó el “Proyecto de bases”, redactado por Indalecio Prieto que serviría como
fundamento a la revolución asturiana. Además, junto a la insurrección de
Asturias se había preparado un golpe de mano donde Largo Caballero desempeñaba
el papel del presidente del comité revolucionario y que debía ser ejecutado por
las juventudes socialistas y comunistas –con Carrillo a la cabeza- en
coordinación con elementos afectos al PSOE en el Ejército, la Guardia de Asalto
y la Guardia Civil. Debían secuestrar al presidente de la República y al del
Congreso. Todo ello fracasó, con un balance de 1.400 muertos y más de 2.000
heridos.
Republicanos de izquierda, socialistas,
comunistas y otros partidos fueron a las elecciones, del 16 de febrero de 1936,
en coalición pronto llamada Frente Popular. No se publicaron las votaciones,
pero dicho frente se atribuyó la victoria. Habían ganado los golpistas de 1934
y acabaron por demoler la II República. El mismo presidente de la República,
Niceto Alcalá Zamora, lo resumía: “un golpe de estado parlamentario”. Todo ello
llevó consigo a la llamada “primavera trágica”, una suerte de guerra civil
larvada, con 269 muertos, 1.287 heridos (la mayoría de las víctimas, de
derechas), 33 periódicos de derechas asaltados, 10 completamente destruidos,
asalto de 312 centros políticos y sedes, más destrucción de otros 69; 160
iglesias destruidas, 251 templos incendiados o asaltados, 113 huelgas
generales, 228 huelgas parciales, 146 bombas explotadas… El historiador
Stanley Payne, comenta: “las milicias de
la izquierda provocaban violencias contra las derechas y después acudían a
detener a las víctimas, derechistas, por las violencias”. El desenlace de tanta
violencia, preludio de la Guerra Civil, es el asesinato de José Calvo Sotelo,
líder de las derechas monárquicas: el 16 de junio había sido amenazado de
muerte y un mes más tarde, por la noche, media docena de militantes socialistas
de la Motorizada, los pistoleros de Prieto, y al menos un escolta de la
diputada socialistas Margarita Nelken,
además de algunos guardias, se dirigen al domicilio de Calvo Sotelo. El
diputado es detenido y embarcado en el vehículo. Después de recorrer unos cientos
de metros, el pistolero Luis Cuenca, socialista de la escolta de Prieto,
dispara un tiro en la cabeza de Calvo Sotelo; después, otro. La camioneta 17 se
dirigió entonces al cementerio del este, donde dejó el cadáver de la víctima.
El asesinato de Calvo Sotelo era una declaración de guerra abierta a la
oposición conservadora, y una provocación para las fuerzas armadas. Era la gota
que colmó el vaso.
4). TESTIMONIOS DE PERSONAJES INSIGNES:
Azaña, presidente del Gobierno ( 1931-33
y 1936) y presidente de la II República
(1936-39), motor de la convergencia de todas las fuerzas de la izquierda
para formar el Frente Popular, acabó desilusionándose y reconociendo su inmenso
error: “El gobierno republicano se hundió en septiembre del 36 agotado por los
esfuerzos estériles de restablecer la unidad de dirección, descorazonado por la
obra homicida –y suicida- que estaban cumpliendo, so capa de destruir al
fascismo, los más desaforados enemigos de la República”.
Niceto Alcalá Zamora, presidente de la
II República (1931-36), después de las elecciones de febrero de 1936, dijo:
“…el Frente Popular obtenía solamente poco más, muy poco, de 200 actas en un
Parlamento de 473 diputados… La mayoría absoluta se le escapaba. Sin embargo,
logró conquistarla…violando todos los escrúpulos de legalidad y de conciencia…
Reclamó el Poder por medio de la violencia… Se anularon todas las actas de
ciertas provincias donde la oposición resultó victoriosa; se proclamaron
diputados a candidatos amigos vencidos. Se expulsaron de las Cortes a varios
diputados de las minorías… Fue así que las Cortes prepararon dos golpes de
Estado parlamentarios”. Artículo en el Journal de Geneve, del 17 de enero de
1937. Los papeles de Don Niceto cuentan
juicios poco complacientes sobre acontecimientos que la izquierda prefiere
silenciar, como ha denunciado su nieto José Alcalá Zamora.
El historiador Salvador de Madariaga,
nada sospechoso de ser de derechas, expresaría: “Largo Caballero no ocultó
jamás su intención… Siempre fue su propósito llevar a España a una dictadura
del proletariado. Ya por el camino de la violencia, la nación, en cuyo seno una
masa considerable tiende siempre a ceder
a esta tentación, se fue dejando contagiar por la violencia”.
5). CONCLUSIÓN:
Aunque el muro de Berlín cayó hace tiempo,
sigue edificado en las mentes de la izquierda, prisionera de una ideología
arcaica, anacrónica y antediluviana, que incapacita sus mentes a pensar
libremente. Son seres robotizados, incapaces de discurrir por sí mismos, que
vagan como espectros obsoletos, como zombis. Son muertos vivientes del
adoctrinamiento, sin alma ni dirección, perdidos en la noche de los tiempos,
incapaces de reaccionar. Su mentira disfrazada de leyenda, quieren
transformarla en Historia por arte de birlibirloque, eludiendo y ocultando toda
la barbarie que representan. Unamuno dijo: “Las inauditas salvajadas de las
hordas marxistas, rojas, exceden toda descripción y he de ahorrarme retórica
barata”. Amén.
Yo creo que tiene tan buena fama porque sólo muestra sus utopías y no las consecuencias de sus utopías. Decirle a la gente que el socialismo traerá la igualdad real a todas las personas suena muy bien. Decir que esa igualdad se alcanzará arrebatando a todo el mundo su libertad o su capacidad de decisión ya no está tan bien.
ResponderEliminarPor eso, y porque la mayoría de los españoles de todas las épocas hemos visto muy bien que venga un salvapatrias a cuidarnos a cambio de una parte de nuestra libertad, que valoramos en tan poco.
Bienvenido al Blog Rafa, totalmente de acuerdo contigo. Espero que sigas participando, un saludo.
EliminarTodas las ideas, tienen su lado oscuro, pues se llevan a cabo por personas. No nos olvidemos que la iglesia predica paz, y a sido la que se ha llevado más guerras. Sin decir que la política que se ha llevado más muertos por delante ha sido el liberalismo económico. Ahora eso no quita que todos hayan hecho algo bueno. Pues Rusia no se quito el hambre hasta que entraron los Soviet, eso si después se hizo con el poder Lenin y gobernó como buen dictador a golpe de muerto.
ResponderEliminarAhora eso si dejemos de perjuicios rancios y afrontemos el presente teniendo en cuenta el pasado para llevarnos a un buen futuro. Así es posible que nadie nos engañe, y que se haga políticas donde beneficien la gran mayoría de ciudadanos.
¿Que el liberalismo económico es la política que más gente ha matado? Esto debe ser una broma algo macabra.
EliminarPor cierto, algunas ideas tienen intrínsecamente un lado oscuro, y no se debe a una mala ejecución por las personas. Por ejemplo, el socialismo y el comunismo.
Escribir un artículo cuyo último dato es de 1940 para explicar un hecho actual es algo que no término de entender. Muchas cosas han cambiado por suerte.
ResponderEliminarPues sí, muchas cosas han cambiado, afortunadamente, y espero que no vuelvan nunca a repetirse. Pero a lo mejor no han cambiado tanto como deberían, ahí tienes las declaraciones de Cayo Lara de hace unos días, diciendo que conseguirían en la calle lo que no se puede conseguir en el Congreso. Un saludo.
Eliminar"Éste es el templo de la inteligencia, y yo soy su sumo sacerdote. Estáis profanando su sagrado recinto. Venceréis, porque tenéis sobrada fuerza bruta. Pero no convenceréis. Para convencer hay que persuadir, y para persuadir necesitaréis algo que os falta: razón y derecho en la lucha.
EliminarPor cierto, esto también lo dijo Unamuno frente a uno de los vencedores de ese alzamiento militar (contra un régimen democrático) que este panfleto pretende justificar.