jueves, 4 de julio de 2013

CON DINERO Y A LO LOCO…, por Jesús Castizo

Os dejo un artículo del amigo Jesús Castizo. Os recuerdo que todo el que quiera puede publicar en DECDLT.


Este podría ser el lema de nuestros gobernantes, aeropuertos sin aviones, estaciones sin trenes, autovías sin coches, astilleros sin barcos y recientemente, aunque llame menos la atención libros sin lectores.

Y es que, cuando el portal de la red de bibliotecas públicas de Andalucía es penoso, sin que permita siquiera funciones básicas como la renovación del préstamo y limitándose a un simple catálogo on-line, noticias como esta parecen adentrarse en el terreno de la ciencia ficción o al menos de universos alternativos al nuestro.

Libros electrónicos, prestamos virtuales, acceso por Internet,… palabras muy bonitas y que puestos a mal pensar parecen un simple negocio con algún grupo editorial, gracias al cual el gobierno pagará una jugosa cantidad de dinero por el acceso al catalogo digital de dicho grupo, acceso que dudamos algún día llegue a materializarse en esta España de reinos de taifas.

Señores gobernantes, por si no lo saben les recuerdo que existe una cosa llamada Internet y descargas y formatos PDF, EPUB y otros. Desde el momento en que cualquier obra se busca y se descarga en poco más de un minuto, crear una infraestructura a nivel nacional de préstamo digital, con su correspondiente y draconiano sistema de DRM (Digital Right Management o Gestión Digital de Derechos), parece una quimera o la idea de un loco. Les basta con remitirse a los escasos y desastrosos intentos del mercado editorial patrio de crear algo similar para la venta de ebooks. Solamente un gigante tecnológico como Amazón, apoyado en la venta de su producto estrella (el lector Kindle), está consiguiendo cambiar las cosas (yo mismo ya he comprado varias veces en su tienda) y consolidar un nuevo mercado.

Estimados señores si quieren “impulsar el consumo legal de contenidos de calidad” o “extender la lectura a sectores sociales”, les recomiendo otras medidas más sencillas, como equiparar el libro del libro digital (un 21%) al del libro impreso (un 4%), permitir la libertad de precios (en España Amazón u otras están obligados a vender al precio que fija la editorial, con solo un 5% de margen ya sea en la versión impresa o en la digital), conceder ayudas a la compra de ereaders, reformar el prehistórico y despótico sistema de gestión de derechos de autor, fomentar la autoedición o ayudar a las pequeñas editoriales.

Pero claro eso no vende titulares, ni permite hacerse la foto ni hacer jugosos negocios...

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