Ésta
semana he leído una noticia que me ha llamado la atención: <<El Gobierno trabaja para recuperar los “dos
rombos”>>. Y se me han puesto los pelos como escarpias...
Lo
primero que me entró por el cuerpo fue la misma sensación de mala leche que me
entraba cuando aparecía la dichosa figura geométrica en la televisión de mi
casa y mi padre, acto seguido, me mandaba a la cama. Yo, que siempre he sido un
poco búho (animal nocturno), daba toda la morcilla del mundo para no acostarme y,
a veces, hasta lo conseguía. Pero, como en vez de uno hubiese dos rombos,
aquello era innegociable.
Después
del primer pronto, me invadió la nostalgia y me acordé de la televisión de mi
casa y de los programas que veía cuando era pequeña.
Nuestra tele era una Telefunken naranja, setentera total (hoy sería muy cool), que les trajo a mis padres de Alemania uno de mis tíos. En su momento era lo más de lo más: a color, con los botones de los canales táctiles ¡pero sin mando a distancia! Lo cual no era un problema para mi padre porque con mandarme a mí tenia suficiente. Menos mal que en aquella época solo había dos canales (ambos de TVE) y eso del zapping estaba un poquito complicado.
Cuantas tardes he pasado delante de esa
televisión comiéndome mi bocadillo y viendo Barrio Sésamo con Espinete con Don
Pimpón, Chema y Ana. Cuantos viernes por la noche he disfrutado viendo el Un,
dos, tres, por supuesto con la extraordinaria Mayra Gómez Kent. Cuantos
domingos he llorado viendo Candy, Candy y ni os cuento cuando se murió Anthony,
el amor de su vida, o Chanquete en Verano azul. Cuantas veces me he peleado con
mi padre porque no me dejaba ver Luz de luna, y todo porque a él no le gustaba
y decía que era un pego
de serie. Y ya ni os imagináis la de programas de Con las manos en la masa que
he visto; a día de hoy ni se me ha olvidado la canción del intro. ¡Ay! Que recuerdos...
Bueno, lo cierto es que los años fueron pasando, yo crecí y los famosos rombos, sobre todo utilizados en películas de miedo o con contenido erótico (esto último, a veces, era sorprendente porque faltaba enseñar un hombro para considerar que la película era “erótica”) que indicaban que el contenido no era apto para menores de 14 años- un rombo- y menores de 18 años- dos rombos-, allá por el 1985, desaparecieron... Y ahí fue cuando se lió parda… porque pasamos de de la nada al todo y del puritanismo a la vulgaridad más extrema. Os recuerdo a las mama chicho que, según la canción, las tocaba y todo lo demás que seguía; o el programa de Gil y tal y tal, que mejor no comentar, por poner un ejemplo.
Era
evidente que, ante ése desmadre, había que poner orden y avisar a los padres de
qué programas estaban destinados para menores de edad y cuales no. Claro que lo
que nunca comprenderé es porqué lo ponían en esas franjas horarias. Entonces
apareció un circulito negro con un +14 y +18 en el hueco que, en su día, ocupó
el famoso rombo. Código visual que, por cierto, tuvo poco éxito; de hecho hay cadenas que lo usan actualmente y otras
(muchas) no. Y después de todo esto, ¡¿ahora vienen con lo de “querer recuperar
los dos rombos”?!
Cuando
lees el desarrollo de la noticia, te das cuanta que no se refieren como tal a
los dos rombos (¡menos mal! Porque eso sería rancio, rancio, rancio). Se
refieren a un código de advertencia audiovisual que extenderían, a parte de la
televisión, al cine e internet.
Código
¡que ya está inventado!, solo hay que obligar a que los canales lo pongan y,
sobre todo, a que respeten ciertos horarios porque cuando me siento delante del
televisor y veo que desde las doce de la mañana están poniendo en Tele Cinco Mujeres
y hombres y viceversa, por muy de mente abierta que yo sea, no me queda más
remedio que plantearme si es necesario, o mejor dicho adecuado, que a esa hora,
donde es muy frecuente que haya menores de edad en frente de la televisión, se
ponga un programa donde fulanita se ha ido a la habitación con menganito y, al
día siguiente, esa fulanita se pelea con sutanita porque ésta parece que
también se ha ido a otra habitación con el mismo menganito.
Es totalmente absurdo porque muchos, al contrario de lo que te pasó a ti, nos saltamos totalmente a la torera eso.
ResponderEliminarAhí me tenias a mi, en pleno franquismo, con menos de diez años, viendo, a altas horas de la noche, "Los Invasores", "El Santo", "Los Vengadores","Los invecibles de Némesis".....etc., etc., etc..
Y si yo, en aquella época me lo saltaba (yo y otros muchos pues al día siguiente en "el cole" comentabamos dichos episodios), ya me dirás hoy en día.
Y es que siempre me parecerá totalmente absurdo el que todo lo arreglen prohibiendo estas cosas y lo que si sería verdaderamente importante y necesario prohibir (el Islam y otras ideologías TOTALITARIAS)y bajo penas que deberían llegar incluso a la cadena perpetua REAL (es decir, sin revisión ni límite alguno, morirse en prisión), resulta que ni se toca.
¡País!
Responder responder...
ResponderEliminarBasta que lo prohiban para que la gente se aferre más a ellas.
Basta que lo avisen para que pique la curiosidad de aquel que vetan.
No sé, venga a sacar leyes, como los dueños de la moral.
Eso sí es totalitarismo, el islam, aunque primitivo, es una ideología cortés con los que no entran en ella.
Como en todo hay fanatismos. Pero hay quien los encubre en nombre de la democracia. Eso a mi ver es peor. Solo se es demócrata si se es valiente para aceptar lo que venga de la mayoría, sin ideologías ni direcciones.
Democracia no es elegir un gobierno. Sino que el gobierno cumpla con la mayoría.
Que vuelvan los dos rombos, que yo a mi hijo le dejaré ir a verlas, solo pa que al día siguiente en clase sea el chico popular y se ria de aquel cuyo padre sea un retrógrado, y le diré, a ese niño le marginan porque su padre es retrógrado.
Tu padre es retrógrado tu padre es retrógrado.
Al final nos hacemos viejos y lo que quedan son recuerdos, achaques, y ver desde un banco como año tras año las faldas de las chicas se alargan cada vez más.
ayayayayayayyyyy
no hay ideología que se libre, en ninguna parte de este mundo -hoy por hoy- totalmente vergonzante.
Las mismas pajas me hacía yo hace años que ahora, pero ahora con más variedad de imágenes, antes tiraba de imaginación. El mundo evoluciona. La gente usa smartphones pa compartir videos de una ex, antes era mejor, bastaba con llamarla puta y contarle a todo el pueblo, el cole, la parroquia, lo que había hecho.
Y luego a casa a pajearse pensando, imaginando, deseando...
Los mismos pervertidos con otras tecnologías.
Los mismos pervertidos con otras ideologías.
que baje dios y lo vea.