Todo nacionalismo busca diferenciarse, destacar
aquello que separa con el objetivo de mantener a la colectividad que
supuestamente representa unida a una idea, a un concepto de nación, al
desarrollo de un sentimiento de pertenencia a una ‘colectividad nacional’,
dando mucha importancia a la formación cultural, incluyendo, entre otras, a la
lengua y el patrimonio.
El nacionalismo, a diferencia del patriotismo, no
tolera las críticas, y se esfuerza por destacar aquello que diferencia como forma
de hacer diferente (y superior) a su
nacionalidad.
Y así es el nacionalismo que sufrimos hoy día en
algunas partes de España. Y lo estamos viviendo con el nacionalismo catalán,
cada día más radical e intolerante con todo aquello que puede oler a España.
Y la voz cantante de este proceso, entre otros, lo
lleva la conocida como la ‘Asamblea Nacional Catalana’, ANC, que últimamente
está dando un paso más en sus reivindicaciones y que tras la encuesta desarrollada entre los
ciudadanos de Cataluña, con visita puerta por puerta para conocer la opinión de
los vecinos, ahora se está dedicando a “marcar” a los comercios.
Y es que resulta que la ANC ha impulsado una
campaña para identificar a los comerciantes que apoyen el proceso separatista,
bordeando el chantaje y la extorsión, pues están visitando los comercios
catalanes e invitándoles para que tras pagar la correspondiente contribución,
luzcan en sus escaparates el cartel de comercio amigo de la ANC. El objetivo,
según la propia ‘Asamblea Nacional Catalana’ es tejer una red que abarque a
todos los colectivos y ámbitos de la sociedad catalana y que los vecinos tengan
presentes a estos comercios.
El objetivo es dividir todavía más la sociedad
catalana entre buenos (los separatistas) y malos (los fachas), porque todo el
que no está a favor de la independencia y quiere seguir siendo español es
considerado un facha, al estilo Risto Mejide.
Y ante este nuevo chantaje, ante esta extorsión
encubierta, ¿qué puede hacer un comerciante que no esté a favor de la
independencia?, pues imagino que muchos optarán por mirar para otro lado,
taparse la nariz y pagar el impuesto revolucionario de la ANC con tal de no ser
señalados y estigmatizados y poder continuar vendiendo sus productos.
Así se las gastan los nacionalistas, todo vale,
¿qué será lo próximo?
No todos los nacionalismos quieren diferenciarse. El nacionalismo español quiere hacer que todos nos gusten Manolo Escobar y los toros.
ResponderEliminar¿Puedes decirme porque no se puede ni mencionar, ya no te digo criticar el nacionalismo español?
Aunque al final ninguno de los 2 mira por su pueblo.