Aunque me salga de la temática que sigue Desde el
Caballo de las Tendillas, quiero aprovechar para hacer un pequeño homenaje al
diestro José María Dolls Abellán, más conocido como José María Manzanares,
torero alicantino que nos ha dejado estos días, de manera inesperada, a los 61
años de edad.
Soy una gran amante de la Fiesta Nacional, han sido
muchas las veces que he asistido a corridas de toros y he tenido la suerte de
presenciar el arte del maestro Manzanares. Lo recuerdo en Córdoba, en el coso
de Los Califas, también en La Maestranza, pero la faena que jamás olvidaré es
una que tuve la oportunidad de presenciar hace ya unos años en una feria de
Málaga. Tuvo que lidiar con un toro muy blando, que se caía, y supo aplicar la
técnica suficiente para torearlo a media altura enseñándolo a embestir, hasta
que salió el arte, poniendo La Malagueta boca abajo; todo un ejemplo de técnica
y de buen toreo.
Nos ha dejado un torero que marcó una época, un
gran maestro, un maestro de maestros en el que muchos de los actuales y futuros
toreros se han mirado y se mirarán. Ahora me viene a la memoria aquel programa
en el que Jesulín de Ubrique, al ser increpado por una persona del público se
bajó los pantalones para enseñar sus cicatrices (creo que era un programa presentado
por Mercedes Milá), el maestro Manzanares que estaba presente recriminó la
actitud de su compañero, pues no le gustó ese gesto, según él un torero ha de
serlo dentro y fuera de la plaza.
Es una pena que se haya ido tan joven, pero dicen
que eso le pasa a los genios, que mueren jóvenes. Y José María Manzanares sin
duda alguna lo era. Gracias por tanto arte, maestro. Gracias por tantas tardes
de buen toreo. A partir de ahora podré decir eso de "yo vi torear a José
María Manzanares".
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