Hoy contamos con una
nueva colaboración del amigo del Blog Antonio de la Torre, que nos deja su
opinión sobre los resultados en las elecciones andaluzas y la situación que se
está viviendo en esta tierra. Muy interesante, como siempre.
Celebradas las elecciones
andaluzas del pasado 22 de Marzo y, a la vista de los resultados, más fruto de
la poca cabeza de muchos de mis queridos paisanos andaluces que de un análisis
racional de lo que se votaba y, sobre todo, de las consecuencias que ese voto
pasional y no ponderado podría suponer, nos encontramos ante lo que dije en una
entrevista que me hacían en INTERECONOMÍA TV, al día siguiente de las
elecciones: “si los partidos que conforman el nuevo arco parlamentario andaluz junto
al PSOE (PP, Podemos, Ciudadanos e IULV-CA) son coherentes con lo que han dicho
en campaña, es muy probable es que nos podamos ver abocados a una nueva
convocatoria electoral”, ante la imposibilidad de que doña Susana pudiera
formar un gobierno, en minoría, con las mínimas garantías de “gobernabilidad”,
valga la redundancia. Todo ello, dando por supuesto que el PSOE seguiría siendo
paladín de la incoherencia, como nos ha venido demostrando a lo largo de sus 35
años de “dictadura del proletariado.
Bueno, pues parece que,
tras este mes y medio de conversaciones y a pesar del primer ofrecimiento del
PP con ese “do ut des” -te apoyo si me apoyas, claro-, rechazado de inmediato
por la señora Díaz; de los amagos del representante de Ciudadanos, ese “polifacético”
y polivalente candidato, que lo mismo se intenta colocar con el PP, lo intenta
con UPyD, o hace la pinza desde un partido local con el PSOE para desbancar a
uno de sus anteriores partidos y, al fin, tocar poder (en el fondo parece que
es lo que importa) y que se pasa al partido naranja para aprovechar los aires
de cambio en el mapa político; de que la gaditana, integrada en Podemos desde
el partido anticapitalista y ”encantada de haberse conocido” tras situar a su
amigo en la lista municipal de Cádiz, tampoco se ha decidido a facilitarle las
cosas o de ver cómo el representante de IULV-CA no ha olvidado la penúltima de
la señora Díaz al expulsarlos del gobierno andaluz y convocar elecciones
anticipadas, el escenario de la repetición de elecciones se hace más patente.
Recordemos que lo que el
candidato del PP le propuso era abstenerse en la votación a cambio de que el
PSOE (ella, en el caso de Andalucía) aceptara que gobernase, en todos sitios,
la lista más votada, a lo que se negó doña Susana en redondo y a lo que ahora
apela para ella. Eso sí, lo que ella no permitió en 2012 cuando el Partido
Popular de Javier Arenas el “fugitivo” (bis) obtuvo tres escaños más que ella
en estas últimas elecciones. “Cosas veredes…”, lo que para usted no vale para
mí sí –así son ellos, y ellas-.
Ciudadanos, por su parte (y
algo parecido -con matices- Podemos), le exigía la entrega de las actas de
senador y diputado, respectivamente, por parte de Griñán y Chaves, padrinos de
doña Susana, junto con un pacto contra la corrupción, sobre lo que se produce
un “sí pero no –o no ahora-“ y “palabras, palabras, palabras” -al más puro
estilo Mina (conocida cantante italiana de mi juventud, para los más jóvenes)-
sin mucha voluntad por su parte y pese a que el Sr. Marín, al quedársele corta
su indiscutible “vocación” de servicio en el ámbito local de Sanlúcar (poco
para tan “altos”, “firmes” e “inamovibles” ideales y principios) y verse como
Vicepresidente de lo que más bien parece la “Unta” de Andalucía ha estado a
punto de apoyar a la Presidente en funciones -el o la que preside es
presidente- aunque la actuación contundente de Albert Rivera lo ha impedido:
“Oye, Juan, a ver si me vas a desmontar el chiringuito que ya tengo casi
vendido a tanto iluso (ignorante, diría yo) que se cree que somos un partido de
centro derecha”.
Por último, el amigo
Maíllo no ha podido superar el “trauma” de ser excluido de su rango
vicepresidencial y pasa factura, aunque, a fin de cuentas, ha sido el más
clarito en el debate de investidura –algunos dicen de “embestidura”, tras el
varapalo recibido por la reina del Canal Sur- y le ha dicho lo que todos
piensan y muchos sabemos: “No la apoyo porque usted no es de fiar”.
Así que nos vemos
abocados a una nueva convocatoria electoral si, en los escasos dos meses que
quedan de plazo -el 5 de Julio parece ser la fecha límite para formar gobierno
(no me atrevo a ponerlo con mayúscula)- doña Susana no consigue el apoyo de
alguno de los partidos (el de IUA no le sería suficiente) o la abstención
suficiente para hacer valer lo que ella no respetó hace tres años y que sus 47
escaños le permitan formar el ansiado gobierno “en minoría” y refrendar su
“amarga” victoria.
Tampoco es descartable
que las posturas de unos y otros sólo se traten, en realidad, de un paripé
calculado para no complicarse demasiado de cara a las inminentes elecciones
municipales y autonómicas del próximo 24 de Mayo que, un cambio de
comportamiento sobre lo dicho en la campaña de las andaluzas, podría pasarles
facturas. Después ya habrá tiempo de “justificar” el cambio de cara a las
generales.
Frente a esta posibilidad
no son pocos los que dicen que hay que evitar una repetición de los comicios
andaluces “para no incurrir en un nuevo coste electoral” -14 millones de euros
parece que fue el coste de la campaña de Marzo- y eso lo dicen, mayormente, los
que organizaron el “gran fraude”, Griñán dixit, de los ERE -casi 1.000 millones
de euros- o el de la formación -unos 3.000 millones más- con la inestimable
ayuda de su sindicato hermano, la UGT. Nunca es tarde para demostrar ese
espíritu austero que a algunos tanto les molesta cuando lo dicen otros y que
ahora, lo que sería un escaso 1’4 % respecto del primer caso y menos del 0’5 %
del segundo, parece suponer un “dispendio que habría que evitar”.
Mientras tanto, Andalucía
sigue paralizada con su 35 % de paro global -12 puntos por encima de la media
de España-, su 59 % de paro juvenil –hasta 25 años-, que se hace aún más
dramático cuando consideramos la horquilla entre 16 y 19 años en la que se
dispara hasta el 69 %, superando holgadamente el 70% en algunas provincias.
Precisamente, hace un par
de días, asistía en la Fundación Rafael del Pino de Madrid, a la presentación
de la cuarta edición del libro sobre el “Índice de Libertad Económica en España
2015” con el subtítulo “¿Por qué los madrileños son más ricos que los
andaluces?”, en el que un año más, Andalucía aparece en penúltimo lugar, sólo
superada por Extremadura y precedida por Asturias y Castilla La Mancha,
curiosamente, comunidades en las que los gobiernos socialistas han sido los
predominantes desde la transición, mientras Madrid lo encabeza y su renta per
cápita se sitúa también en primer lugar destacado, seguida por Vascongadas,
Navarra y Cataluña. Es decir, Andalucía sigue encabezando los índices
negativos, paro, abandono escolar, calidad de educación, deuda, etc., y en la
cola de los positivos, libertad económica, renta per cápita, etc. Menos mal que
el Sol no lo gestiona la Junta de Andalucía.
En definitiva, que Andalucía
sigue sin despertar ¡Pobre Andalucía! Y doña Susana se queda, de momento,
“compuesta y sin novio”, víctima de su propia medicina.
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