Los sábados en Desde el
Caballo de las Tendillas son para recordar y visto como está el patio os traigo
este artículo publicado en noviembre de 2014, en el que me preguntaba si soy
catalán, una pregunta que seguramente se hacen muchas personas que sufren estas
mismas experiencias…
Ayer publicaba un
artículo en el que, bajo el título “En
mi piso hago lo que quiero”, reproducía una pequeña historia
que me había llegado por medio de un grupo de WhatsApp. Por si no la habéis
leído, la historia ironiza con el proceso separatista catalán en el ámbito de
una consulta en una comunidad de vecinos, caricaturizando el derecho a decidir.
Simplemente lo publiqué
porque me pareció muy clarificador y, además, añadía una nota de humor. Aunque
alguno no lo entendiera.
Y
alguno no lo entendió, y lo digo por el comentario que me dejó un lector del
Blog, y que decía lo siguiente:
<<Que lástima de
post Ángel, te tenía por una persona con algo más de nivel. O me equivoqué o
cuando hablas de Catalunya te pierde tu nacionalismo español y te hace escribir
"historias de whatsapp".
Luego dices que los
catalanes estamos manipulados, y lo que haces tú? Por favor, evita decir que
eres catalán, te lo pido por favor>>. La conversación siguió, la tenéis
en el post de ayer.
El caso es que esta forma
de pensar es muy generalizada en la sociedad catalana, en una parte, claro. Una
parte de la sociedad que considera que cualquier ataque a los dirigentes de la
Generalidad, por ejemplo, es un ataque a Cataluña, cuando lógicamente no es así.
Ya me pasó hace unos años
con un conocido de mi pueblo, Teià, que me pidió amistad por Facebook; a los
días me escribió en el muro increpándome, diciéndome que cómo podía decir las
cosas que decía, que parecía mentira que fuera catalán y que desde ese momento
me bloqueaba como amigo.
Se trata de personas que
no ven más allá de sus narices, que solo permiten un único discurso y que no
aceptan la diversidad de pensamiento en la sociedad en la que viven. Y como
muestra el ejemplo del comentario de ayer, que llegaba a pedirme por favor que
evite decir que soy catalán.
Esa ha sido la gran
victoria del nacionalismo, conseguir inocular en una parte de la sociedad la
idea de que el que ataca al nacionalismo ataca a todos los catalanes y de que
para ser buen catalán hay que pensar como ellos, que los que no piensan como
ellos no son merecedores de ser catalanes.
Ya decía mossen Armengou que, "nosaltres som catalans o no som res".
ResponderEliminarLa secta, la tribu, la leyenda.