La mayoría de nuestras ferias y fiestas tienen un
trasfondo religioso, aunque puedan remontarse al origen pagano; dar la vuelta a
la tortilla, de lo santo a lo laico, es tan difícil como cambiar de idioma, de
moneda o de forma de pensar y en la mayoría de las veces un sin sentido. Pero
estamos en Córdoba, donde la verdad está en el campo, la salud en el cementerio,
los ciegos en Vistalegre, etc, etc…
La Velá de la Fuensanta de este año en Córdoba, que
comienza el miércoles 7 y concluye el domingo 11 de septiembre, contará con una
programación de unas 40 actividades gratuitas organizadas por 30 colectivos, de
manera que "no se pierde el origen de la Velá con la organización vecinal
y se ha devuelto el protagonismo a quien nunca debería de haberlo
perdido", según ha subrayado la alcaldesa. Y además añade: "los
dos ritos que hacen la gran mayoría de los cordobeses son la base religiosa,
que es visitar a la Virgen de la Fuensanta en su templo, y otra el rito pagano,
que es visitar al caimán de la Fuensanta en la fachada de la iglesia".
Pero en el cartel anunciador del evento no figura
imagen alguna, ni siquiera referencia a la co patrona de Córdoba, la Virgen de
la Fuensanta, que además da nombre al barrio donde se celebra la fiesta. Desde
2011 la titularidad iconográfica anunciadora de esta tradicional fiesta es el
dibujo, de dudoso gusto del caimán, que aunque legendario, no deja de ser un
exvoto de la Virgen.
No comprendo que se quiera aprovechar todo con fines
políticos, no se van a conseguir más votos dando patadas a las tradiciones y a
la cultura. ¿Por qué nos empeñamos en ser catetos? Quien puede cuestionar
el acervo cultural de Santiago de Compostela o el Pilar de Zaragoza por encima
de los ritos paganos que los rodeen.
No queramos enarbolar el carácter de nuestra ciudad
con espectáculos de circo, música heavy y la leyenda del caimán.
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