viernes, 25 de agosto de 2017

VISITAR AL CAIMÁN, por Miguel Camuñas


La mayoría de nuestras ferias y fiestas tienen un trasfondo religioso, aunque puedan remontarse al origen pagano; dar la vuelta a la tortilla, de lo santo a lo laico, es tan difícil como cambiar de idioma, de moneda o de forma de pensar y en la mayoría de las veces un sin sentido. Pero estamos en Córdoba, donde la verdad está en el campo, la salud en el cementerio, los ciegos en Vistalegre, etc, etc…

 

La Velá de la Fuensanta de este año en Córdoba, que comienza el miércoles 7 y concluye el domingo 11 de septiembre, contará con una programación de unas 40 actividades gratuitas organizadas por 30 colectivos, de manera que "no se pierde el origen de la Velá con la organización vecinal y se ha devuelto el protagonismo a quien nunca debería de haberlo perdido", según ha subrayado la alcaldesa.  Y además añade: "los dos ritos que hacen la gran mayoría de los cordobeses son la base religiosa, que es visitar a la Virgen de la Fuensanta en su templo, y otra el rito pagano, que es visitar al caimán de la Fuensanta en la fachada de la iglesia".

Pero en el cartel anunciador del evento no figura imagen alguna, ni siquiera referencia a la co patrona de Córdoba, la Virgen de la Fuensanta, que además da nombre al barrio donde se celebra la fiesta. Desde 2011 la titularidad iconográfica anunciadora de esta tradicional fiesta es el dibujo, de dudoso gusto del caimán, que aunque legendario, no deja de ser un exvoto de la Virgen.

No comprendo que se quiera aprovechar todo con fines políticos, no se van a conseguir más votos dando patadas a las tradiciones y a la cultura.  ¿Por qué nos empeñamos en ser catetos? Quien puede cuestionar el acervo cultural de Santiago de Compostela o el Pilar de Zaragoza por encima de los ritos paganos que los rodeen.

No queramos enarbolar el carácter de nuestra ciudad con espectáculos de circo, música heavy y la leyenda del caimán.




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