Incluimos
hoy un interesante artículo publicado por la Red de Blogs Comprometidos, redactado por Carolina
Rodríguez-Cariño, miembro de la #RED
Decidí
estos días leer la Constitución como ejercicio democrático.
Lo
he hecho previamente, desde que llegué a esta, mi segunda tierra, mi país
adoptivo. Le leo por tercera vez, y en esta ocasión he revisado artículos concretos.
Como
cada libro que “cae” en mis manos, acostumbro a leer el prólogo y las
diferentes notas previas al texto, con lo cual también me he detenido en el
Preámbulo, y este en particular vale la pena releerle, dice textualmente “La
Nación española, deseando establecer la justicia, la libertad y la seguridad y
promover el bien de cuantos la integran, en uso de su soberanía”.
Paralelamente,
recuerdo la definición de la RAE sobre Constitución, “Ley fundamental de un
Estado que define el régimen básico de los derechos y libertades de los
ciudadanos y los poderes e instituciones de la organización política”.
Me
queda claro que el Preámbulo busca explicar las razones de una Constitución
hecha en un momento en el que España salía de un largo período dictatorial,
para encausarse, o al menos eso es lo que se planteó en su momento, en una
democracia. Se mencionan varios términos en los que vale la pena detenerse:
Justicia, Libertad, Seguridad, Bien de cuantos integran la nación, Soberanía.
No puedo evitar revisarles a su vez recordando los hechos ocurridos en estos
últimos años.
Hablamos
de Justicia, cuando se suceden hechos de corrupción que afectan a partidos e
instituciones, donde lo que vale es cuanto poder que se llega a tener o el
dinero de las cuentas bancarias; cuando nos sentimos desamparados ante un
Estado que protege a asesinos, terroristas, violadores… un Estado que no nos
trata a todos por igual, cuando se tiene un título nobiliario que nos hace
“diferentes”. Esta Justicia, que si uno de sus miembros actúa bien, debe
hacerlo solo y sabiendo que cada paso va a ser medido, revisado y a su vez juzgado
por un sector de la sociedad y del mismo Estado.
Seguidamente
está a la palabra Libertad, y si, pareciera que disfrutáramos de ella. Podemos
hablar, dialogar, dar nuestras opiniones y sabemos que no se nos prohíbe; más
si nos comparamos con regímenes donde cualquiera de estos actos, o incluso
pensar puede costarte la muerte o en mejores casos la cárcel. Pero qué
casualidad, en estos últimos días, la Generalitat de Cataluña ha creado un
organismo con fondos del Estado, es decir, de los contribuyentes, nuestros, que
quiere o pretende controlar lo que se dice, todo aquello que esté en contra del
denominado “derecho a decidir” o inmersión lingüística, o la aberración
idiomática “discriminación en positivo”, todo lo que vaya en contra de la
secesión/independencia/nacionalismo, e incluso penalizarnos por ello. Lo peor,
es que todo ocurre en medio de una profunda crisis, cuando hay una parte
importante de la sociedad en paro, sin trabajo, y bajo la tibia mirada del
Gobierno Nacional, o más bien su inacción.
Seguridad,
siguiente palabra. Cómo olvidar que la Doctrina Parot, con todos sus bemoles
acaba de ser abolida. No por el Tribunal de Estrasburgo, si consideramos lo que
refieren diferentes abogados, no es vinculante, pero sí lo es la Audiencia
Nacional. Quien con un retraso en cientos de casos ha resuelto dejar en
libertad a asesinos, terroristas, violadores sin considerar la “seguridad” y
los Derechos Humanos del resto de la sociedad, si, de las más de 45 millones de
personas que vivimos en esta nación. Seguridad, con una policía catalana que a
la vista de los acontecimientos recientes está en la mente de cada uno de
nosotros, ¿cumple sus funciones en la “Seguridad ciudadana”, o no?... da mucho
que pensar y analizar.
Luego
retumba en mi mente, porque no puede más que hacerlo, la palabra “Bien” de los
ciudadanos que integran España. Últimamente este “deber” de buscar el “bien” de
los ciudadanos queda grande a muchos que son servidores públicos, que distan de
serlo, pero si de buscar sus propios bienes y beneficios. La palabra Bien le
queda grande a un Estado que en lugar de plantearse qué necesita su población
antes de instaurar unas medidas que le ahogan, cumple con los preceptos
dictados por organismos internacionales. Creo que hemos de recordar los Derechos
Humanos, estos que fueron firmados en 1948, que están en relación directa con
la palabra Bien. ¿Se están cumpliendo?, si no es así, ¿A qué esperamos para
reclamarles?
Por
último, y no menos importante se menciona Soberanía, si recordamos la
definición de la RAE, “…reside en el pueblo y se ejerce por medio de sus
órganos constitucionales representativos”. En estos últimos meses, de manera
constante este principio ha sido pisoteado, y quizás lo más grave, es que las
instituciones quienes tienen la responsabilidad de protegerle, resguardarle,
parecieran paralizadas en bloques de hielo, como aquellas estatuas de sal que
menciona la Biblia, solo que esta vez ni siquiera sabemos hacia donde dirigen
su mirada. La Soberanía sobre un territorio que por una minoría quiere ser
fragmentado. La Soberanía no se discute, es, existe, se ejerce. Eso, debemos
recordarlo.
Estoy
segura que queda mucho por discutir, hay mucho más en el tintero sobre una
constitución que nos podría lucir lejana en el tiempo y de cara a las necesidades
actuales. Para ello, hay países que han introducido cambios en sus
constituciones a través de enmiendas, otros directamente han hecho
constituyentes para crear una nueva. Valdría la pena sopesar los pros y los
contras de cada acción. En todo caso, con esta, que hoy alcanza 35 años de
haber sido promulgada, estamos incumpliéndole, y desde su preámbulo.
Ante
todo esto, ¿Permaneceremos impasibles, nos mantendremos inmutables? ¿Dejaremos
que otros decidan por nuestros derechos?, creo que es hora de la ciudadanía
activa, y esto desde hace tiempo, desde hace años.
Siempre el mismo problema, o mas bien la misma distracción. Los problemas con lo que llaman la soberanía nacional. Cuando en si eso ya no existe, eso lo han vendidos troceados y baratos a poderes financieros.
ResponderEliminarLibertad, no hay en este país, de hay lo que quieren hacer con el articulo 21 de la constitución, tendrán que taparlo con ese buen liquido corrector (Tipp-Ex). Que decir de la libertad que puede tener un hombre que no tiene trabajo, y si lo tiene mal pagado, y con alguna enfermedad, o bien con un hijo en la universidad. Este se queda sin libertad y sin dignidad.
Seguridad, otra bonita palabra que aquí en este país algunos la tienen. Como el claro ejemplo de los terroristas que hacían de las suyas después de la guerra. Ahora resulta que la ONU le ha dicho al estado español que tiene que hacer algo, mientras estos se quedan impasibles ante tanto llamamiento a la justicia.
Con todo esto no es que en contra de la democracia todo lo contrario, pero no quiero este modelo. Hay que cambiarlo por otro donde el pueblo sea totalmente soberano, y pueda decidir de manera mas directa.