Estos días se ha vuelto a
hablar de la universidad española, su organización y, sobre todo, su
politización y utilización por algunos como su cortijo a raíz del nombramiento
de Adelaida de la Calle, hasta ahora Rectora de la Universidad de Málaga, como
Consejera de Educación de la Junta de Andalucía.
Y es que son muchas las
noticias que se pueden encontrar sobre las gestiones de esta señora en su
Universidad, por ejemplo, esta semana Libertad Digital informaba sobre
supuestos enchufes de personas cercanas a su familia y de algunos de su
personal de confianza, que parece han utilizado la universidad como agencia de
colocación. Las informaciones hablan de yernos, de hijos vinculados a
fundaciones de la universidad malagueña y a empresas muy cercanas a esta
institución.
Algo que,
desgraciadamente, parece que es una práctica muy habitual en muchas de nuestras
universidades y que ya hemos denunciado en Desde el Caballo de las Tendillas en
otras ocasiones. Porque al amparo de la conocida como autonomía universitaria
los que dirigen las universidades hacen y deshacen a su antojo, pueden crear
distintas personas jurídicas, como son empresas, fundaciones y demás, como si
de una administración pública se tratara, con lo que eso conlleva. Y los
ejemplos están ahí, quien tenga o haya tenido vinculación con alguna
universidad de las más de 50 que hay en nuestra querida España tendrá conocimiento
o habrá oído de enchufes y demás colocaciones.
Y lo peor de todo es que
no pasa nada, porque nuestros políticos, como en otras muchas cosas, no se
ponen de acuerdo, ni se atreven a atajar estas prácticas en las universidades,
basándose en la manida autonomía universitaria. Autonomía que lo único que
provoca, sin ánimo de generalizar, es que se multipliquen los enchufados, el
pago de favores, las puertas giratorias y demás inventos para la gloria de unos
pocos que han tenido la suerte de hacerse con el control de estas
instituciones. Algo que se atajaría limitando la autonomía universitaria,
porque no todo vale, más cuando se financian con el dinero de todos, ¿para esto sirve la autonomía universitaria?
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