Los sábados recordamos en
Desde el Caballo de las Tendillas y ante la cercana campaña electoral os traigo
este artículo en el que denunciábamos un acto político en un centro educativo
en horario escolar. Denuncié el hecho al Defensor del Pueblo, pero me han
mareado tanto pidiendo documentación para decirme que previamente debí
denunciar ante el Centro, que he abandonado esa vía, pero aquí seguimos… ¡Feliz
día!
Así sin anestesia ni nada
me topé con ese cartel, el que ilustra la entrada de este artículo, en el que
se anunciaba el mitin de la formación de ultra izquierda. Mi hijo se lo tomó a
risa, me dijo algo así como "mira Papá, ¡el coleta morada!"; pero a
mí no me sentó nada bien. Y no me sentó bien porque el mitin se celebraba en un
centro educativo en horario lectivo, centro al que acuden niños y niñas desde
los 8 años de edad.
Niños y niñas que dedican
parte de su tarde a merendar o hacer sus tareas en sus distintas dependencias,
entre ellas el patio, y no es de recibo que un niño tenga que estar al lado de
propaganda política en su centro educativo mientras merienda, como podéis
comprobar en las siguientes imágenes.
Tampoco me parece
adecuado que en un centro educativo al que acuden, repito, niños y niñas desde
los 8 años de edad, se celebren actividades de este tipo abiertas al público,
más que nada por la propia seguridad de los jóvenes que se ven rodeados en su
lugar de estudio por personas totalmente ajenas a su centro que acuden a él a
una actividad para nada relacionada con la música, en este caso.
Y no me parece bien que
Podemos organice un acto de este tipo en horario lectivo, pero tampoco me lo
parecería de cualquier otra formación política (o sindical, empresarial o del
ámbito social).
Ya me encargué de
denunciarlo en Twitter, sin obtener casi ninguna respuesta. Deduzco que para
mucha gente esta actitud no merece reprobación. Por lo que dudo, además, que la
Asociación de Madres y Padres del Conservatorio vaya a presentar queja alguna.
Por eso aquí queda la mía, aunque suene a "bicho raro", bueno, y ante
el Defensor del Pueblo Andaluz, al que informé ayer martes. Mientras tanto me
quedo con los gritos del "sí se puede" entre niños, cuando el Conservatorio
está plagado de carteles pidiendo silencio, del que dicen es el mejor amigo, el
que no te traiciona...
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