Asistí el sábado a la concentración de la Plaza de Colón madrileña
y seguí el domingo la numerosa participación ciudadana en la manifestación de
Barcelona. Por fin, la “mayoría silenciosa” despierta y tendremos que agradecer
al delirio separatista de “Cocomocho” que aflorase el sentido patriótico tan interesadamente apartado del pueblo -con
más o menos descaro o sutileza- en casi todas las regiones, desde que se
cometió el error de dar la principal arma del Estado a unos reyezuelos irresponsables
que fueron diseñando a su medida sus taifas y desvirtuando la ansiada
democracia. Pitágoras decía: “Educa a los niños y no tendrás que castigar
a los hombres” y algunos malnacidos lo cambiaron por “Adoctrina
al niño y tendrás fieles aborregados cuando crezcan”.
Y mientras el clamor de la -hasta ahora, callada y manipulada-
Sociedad Civil estallaba en las calles y plazas de toda España -se habló de
950.000 personas en Barcelona-, muchos de los que han tenido en sus manos la
posibilidad de haber evitado que se llegara al punto de casi ruptura actual,
nos han obsequiado con frases que -aunque bien venidas sean- no habrían hecho
falta de haber cumplido, ELLOS, con
la obligación delegada, demostrando escaso sentido de Estado y cortoplacismo.
Uno de los primeros “reconvertidos” fue Alfonso Guerra que, en 1979, reivindicaba la “necesaria aspiración de
identidad nacional de los catalanes” y descubría “España, como Nación de naciones”.
El de “Montesquieu ha muerto” -decía en mi anterior artículo- “enterró”
la separación de poderes y anunció dejar a España que no la reconocería “ni
la madre que la parió” -contribuyó activamente-, dice ahora -bendito
sea Dios- que “En Cataluña hay un golpe de Estado y no se puede negociar con
golpistas”. ¿Lo habrá entendido su Secretario General, el “bello…tero” Sánchez?, al que Guerra pide que apoye
la aplicación del Artículo 155, mientras critica a Rajoy porque “no
sabe tomar decisiones” -no sé si no sabrá o, como buen español, “piensa
bien pero tarde”-.
Siguió José Mª Aznar,
reclamando desde su altavoz FAES -no
estoy seguro de si no está haciendo más daño que beneficio a España desde tanta
charla y tan poca acción- que el Gobierno debe actuar “tal y como la nación
-con minúscula en la nota- necesita que lo haga”. ¿Actuó don
José Mª -mientras hablaba “catalán
en la intimidad”- ‘como la Nación necesitaba’ al firmar con Puyol los Pactos del Majestic y entregando a éste el arma adoctrinadora de la
educación, además de otras muchas cosas? ¿O lo hizo por su propio interés, en
lugar de decir a los españoles que, ante las exigencias del ‘molt miserable’ catalanista, tras las
primeras negociaciones fallidas, convocaba elecciones generales? ¿Actuó ‘como
la nación necesitaba’, no suspendiendo las elecciones de 2004 tras el terrible
atentado de Atocha perpetrado tres días antes, demostrando conocer muy poco la
idiosincrasia del pueblo al que llevaba ocho años gobernando, que antepone siempre
los sentimientos y la pasión a la razón y el análisis? Don José Mª I de El Escorial -puro en ristre y pies sobre la mesa-, se
permite decir que ya no cabe insistir “ni un minuto más en los errores, tanto
de diagnóstico como de gobierno”.
Después, Felipe
González -“dos por el precio de uno”
dijo, pero liquidó a su dóberman Guerra en 1990 sin inmutarse (seguramente por
el bien de España)- disparó con su “chispa” sevillana que “Me inquieta cuando Rajoy dice: 'No
me obliguen a hacer lo que no quiero hacer', porque yo creía que le
pagábamos para hacer lo que tiene que hacer". ¿Hizo don Felipe
lo que ‘tenía que hacer’ cuando aumentó los poderes del Gobierno y redujo controles
administrativos en los Presupuestos Generales del Estado de 1990? ¿O cuando
utilizó su segunda mayoría absoluta en 1987 para modificar la Ley General
Presupuestaria de 1977 mediante “un
Texto Refundido que regularizara, actualizara y armonizara toda la normativa”,
como recoge la ponencia de José Manuel
Otero-Novas incluida en “España,
Democracia y Futuro” del Instituto para la Democracia de la Universidad CEU
San Pablo?
Y ¿qué boda sin la tía Juana? No podía faltar en el desfile
de “Profetas del pasado”, José Bono
-alias “bolsillos de cristal”-, ex Ministro de Defensa -“prefiero morir
a matar”-. ¡Qué gran error del innombrable ZParo encargarle Defensa en
lugar de Economía! ¿Imaginamos el desarrollo
económico de España, de haber gestionado Bono su Economía con el mismo “celo”
que “invertía” sus ingresos - “fruto” del sueldo de 32 años en política, claro-.
Dice ahora: "Si no se cumple con la ley, no podemos estar seguros en nuestras casas, porque el vecino podrá
invadirnos cuando quiera". Entiendo su “preocupación”, con la de
casas -y, por tanto, vecinos- que tiene el “empresario hípico” -¿en cuál de
ellas pondría la bandera de España?- Guinea y Venezuela, para otro día.
Por cierto, citaba antes al innombrable ZParo que al final va
a ser el más “coherente”, si en lo que queda de historieta sigue callado. Sus
tejemanejes con Maduro y otras cosas de las que puede que tenga a medias -o
tercias- con su antiguo ministro no deben dejarle tiempo libre.
Dejo para el final al que más me duele censurar su aparición
en esta ronda de reproches al actual Presidente del Gobierno -al que, insisto, también
yo, como administrado y votante suyo, he echado en cara su pasividad en temas
que consideraba prioritarios y que no voy a repetir (la hemeroteca está para
comprobarlo)-. Me refiero a Alejo
Vidal-Quadras, por el que siento aprecio y respeto intelectual. Me uní a él
en 2012 cuando se mostraba, ya, crítico con la inacción de Rajoy y lo apoyé
hasta el final en la creación y corta andadura del VOX sano -lo hice con mi tiempo, esfuerzo, credibilidad, riesgo y
mi modesto bolsillo-. Desde hace algún tiempo don Alejo deja agudos mensajes en
Twitter y duros artículos, pero yo le preguntaría ¿por qué se “diluyó”, cuando Abascal lo traicionó, en lugar de
apoyar lo que algunos intentamos para recuperar esa alternativa que nació tarde
y que algunos -incluso desde dentro- zancadillearon? Hubiera sido, sin duda, la
alternativa que la derecha liberal -aparentemente abandonada por el PP- esperaba
para su recuperación. La respuesta que nos dio en aquella reducida reunión de
Octubre de 2014 -tarde también-, no me convenció en absoluto.
Junto a las de mi respetado Alejo, hemos oído críticas de
personas como Jaime Mayor Oreja; de los
integrantes del cada día más numeroso club de “resentidos españoles” en torno a la alcachofa de esRadio -demasiado vehementes en su
beligerancia insultadora para MUCHA gente ya-; de la eterna y cada día más
inconclusa promesa naranja que pese a su oportunismo, y con la que está cayendo
en su tierra, no acaba de romper, y de muchos más, como algunos pesos pesados
del PSOE -ahora casi liberales de derechas-, como Corcuera, Leguina, Rodríguez Ibarra, etc., que mejor
habrían hecho uniéndose en una alternativa sensata para recomponer la triste
situación que, ELLOS, por acción
clara u omisión interesada o cobarde, han propiciado durante los últimos y
largos cuarenta años.
Por supuesto, puedo compartir mucho de lo que todos ellos han
dicho, pero no que lo digan ellos.
También en la masiva manifestación del domingo -no me gustó que la presentación del acto
final se hiciera en catalán-, aparecieron otros “profetas del pasado”, como
aquel triste ministro de Trabajo, Corbacho,
que decía entonces: “nunca llegaremos a cuatro millones de parados”, pero llegamos
a seis y ahora pide ”concordia y diálogo, dentro de la ley que todos nos hemos dado”.
O José Borrell, que dijo: “Hay
que controlar de forma democrática los medios de comunicación públicos, que son
una vergüenza democrática” -no puedo estar más de acuerdo, sobran
TODAS las TV’s públicas-, y “Nadie puede estar por encima de la ley” -no
se acuerda de lo que le expulsó de la política española, de sus amigos
inspectores de Hacienda o de Andorra-. Y, cosas de nuestro sistema, se le
premió con el bien remunerado -y pensionado- escaño europeo.
No estuvo fina -a mi juicio- la Ministra de Sanidad, Dolores Montserrat, cuando dijo que “Hoy
se va a acabar con el independentismo, demostrando que Cataluña es una gran
comunidad -hasta ahí, bien-, vamos a construir esta gran ‘nación’
que es Cataluña dentro de un gran país que es España”. Creo que
sobró lo de ‘nación’ en referencia a Cataluña, Sra. Ministra.
Hemos visto también la fuga continua de empresas de Cataluña
pese a que Arturo Mas decía que “nunca
marcharán los bancos que tienen la marca de Cataluña, La Caixa y Sabadell”,
pero no tuvo en cuenta lo que decía Jefferson:
“Los sistemas bancarios son más fuertes que los ejércitos”.
Tampoco faltó la dosis de oportunismo, tanto el sábado por
parte de Abascal, que se volvió a
arrogar la convocatoria del sábado con su “aguerrido” patrioterismo y su desliz
totalitario: “Tenemos que adoctrinar bien a los niños”, como el
domingo por Rivera, que apareció en
el escenario y cruzó confidencias con Francesc
de Carreras, uno de los fundadores de Ciudadanos -que no él, colocado por
orden alfabético al frente del partido-.
Mario Vargas Llosa recordó que “la peor de las pasiones es la
pasión nacionalista”, haciendo bueno lo que dijera Charles de Gaulle: “Patriotismo, es cuando el amor por tu
propio pueblo es lo primero; nacionalismo, cuando el odio por los demás pueblos
es lo primero”.
Y termino con una frase de Manuel Azaña, que da en el clavo: “Vendría a ser, sin duda, el
pueblo catalán, un personaje peregrinando por su historia en busca de un Canaán
que él solo se ha prometido a sí mismo y que nunca ha de encontrar”. Lo
dejó patente Puigdemont el martes.
En definitiva, creo que, entre todos, le están haciendo el
trabajo a Rajoy, que sigue ganando.
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