Los domingos en Desde el
Caballo de las Tendillas son para recordar y como parece que ya van a llegar
las lluvias os traemos este artículo publicado en febrero de 2013, sobre las
ciudades piano. Seguro que las sufrís a menudo. ¡Feliz día!
Ayer me decía mi amigo
José Márquez que a ver si hablaba de otros temas en el Blog, que ya estaba
cansado de tanta política y corrupción; le dije que Desde el Caballo de las
Tendillas es un Blog político, como indico en su presentación.
No obstante, como hay que atender a la afición, hoy no voy a hablar de
política, hoy voy a hablar de las ciudades piano.
Sí, las ciudades piano.
Imagino que muchos al observar la fotografía que ilustra esta entrada os
imaginaréis de qué va eso de las ciudades piano. Y es que no hay mejor que un
día de lluvia (y el de ayer no lo fue mucho) para sufrir el “chip chap” de
nuestras calles.
Las losetas rotas de las
aceras se convierten en trampas mortales. Al estilo Indiana Jones has de ir
esquivando losas, pisando firme en aquellas que crees bien sujetas, para no
acabar con los zapatos calados o los pantalones manchados. Algo que ocurre en
muchas ciudades.
En el caso de Córdoba el
Ayuntamiento está haciendo esfuerzos para evitar estas gymkanas callejeras, tal
y como ya comentamos en el Blog hace
unos meses.
Pero los problemas
callejeros los días de lluvia se complican más si cabe con los charcos de los
pasos de peatones y semáforos, y sino que cualquiera se fije en los que se
forman en Ronda de los Tejares, ¡algunas veces hay que cruzarlos en piragua!,
tal y como muestra la fotografía.
¿No es posible instalar
desagües en esas zonas? vamos, digo yo. Y además hay que posicionarse a una
distancia de seguridad del paso de peatones, pues como un coche pise el charco
¡pillas pulmonía segura!
Lo dicho, que los días de
lluvia hay que tomárselos como una aventura de Indiana Jones, esquivando
obstáculos, con mucho cuidado de no acabar pisando el piano.
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