Desgraciadamente tenemos
que volver a hablar de terrorismo, de muerte en “nuestra casa”, en nuestras
calles, porque lo que ocurrió el viernes en París ha sido un ataque a nuestra
sociedad, a nuestra civilización, a nuestro estilo de vida, al mundo libre;
algo que recordábamos ayer y que decíamos hace ya unos meses.
Y ante estos hechos, ante
este ataque, uno más de los muchos que ha habido estos últimos años y que se
iniciaron el fatídico 11 de septiembre en Estados Unidos, hemos de dar una
respuesta común y global. Algo que en mi opinión no se ha hecho, pues entre
nosotros mismos nos hacemos responsables de lo ocurrido.
Y me llama mucho la
atención que la respuesta de algunos sea llamando al diálogo entre
civilizaciones y argumentando que estos actos terroristas tienen su origen en
las actitudes de occidente, como si fuéramos culpables de esos ataques. Un
buenismo que no comprendo, pues parece que a los terroristas del Estado
Islámico habría que atacarlo con psiquiatras y divanes… Y es que me niego a
admitir estas teorías, me niego a sentirme culpable, me niego a sentirme
responsable de los ataques contra nuestra civilización, contra nuestra forma de
vida…
Y también dice parte de
la izquierda que no se ha de generalizar, que no es el Islam el que pone
bombas, que no es el Islam el que ametralla en nuestras calles. Y es verdad, no
es el Islam, pero son islamistas los que lo hacen. Y se ha de decir, y se ha de
saber. Y gracias a Dios estos salvajes son una minoría dentro del Islam; y por
eso mismo, los propios islamistas han de ser los primeros interesados en acabar
con esta gente.
Porque hay que acabar con
esta gente, principalmente porque esta gente quiere acabar con nosotros. Y habrá
que combatir al Estado Islámico en todos los ámbitos, pero también en el
militar. Sabiendo que nos tenemos que sacrificar, que será duro, complicado,
que habrá bajas y recibiremos ataques, pero a esta organización terrorista hay
que aniquilarla. Y debemos hacerlo porque nos tenemos que defender, porque
tenemos que defender a nuestra sociedad, a nuestra democracia y a nuestra forma
de vida.
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