El nuestro es un País,
cuanto menos, peculiar. Un País que ha sido invadido numerosas veces a lo largo
de la historia, que ha sabido defenderse de la amenaza extranjera y que ha
llegado a nuestros días más bien que mal, aunque su situación tanto a nivel interno como externo podría ser
mucho mejor.
El nuestro es un País que
no tiene letra en su Himno Nacional, quizá sea porque ni para eso somos capaces
de ponernos de acuerdo. Un País que pese a haber sido potencia mundial durante siglos
no mantiene ni una pequeña isla en el Caribe en la que haber dispuesto un
paraíso fiscal, por ejemplo. O un País que a Guinea Ecuatorial, parte de España
hasta 1968 y en el que se habla español, le da la espalda. Algo que no harían
nunca otros países como Francia, Gran Bretaña o Estados Unidos por muy
dictatorial que fuera su régimen político.
Un País del que Otto von
Bismarck dijo: “Estoy firmemente convencido de que España es el país más fuerte
del mundo. Lleva siglos queriendo destruirse a sí mismo y todavía no lo ha
conseguido. El día que deje de intentarlo, volverá a ser la vanguardia del
mundo”.
Pues esta es nuestra
España. Un País que durante muchos años ha sufrido la
lacra del terrorismo en sus calles, tardando muchos años en que toda la
sociedad se pusiera de acuerdo contra esta lacra. Un País al que podríamos
definir con una palabra: división. Un País dividido que no aprende de sus
errores y que tiene una clase política que, en general, no se merece.
Y esa división la
empezamos a ver estos días, tras los atentados de París, ya se ha puesto en
marcha el “No a la guerra” conocido por todos y añorado por unos cuantos, con
la finalidad de oponerse al derecho a la legítima defensa de Francia y sus
aliados y, sobre todo, con la de obtener rédito electoral de cara a los
comicios del próximo 20 de diciembre. Así somos en España, un País incapaz de
ponerse de acuerdo, un País cuanto menos, peculiar.
Pues yo creia que las manifestaciones contra la guerra las harian en la puerta de las embajadas de Francia y sobre todo Rusia. Vaya, ¡ Que decepcion !
ResponderEliminarYo estoy de acuerdo con Otto von Bismarck. Pero nuestro sistema es muy malo y no beneficia al ciudadano solo a una minoria que se pega al estado. Lo de los nacionalismo es una excusa para cortinas de humo.
ResponderEliminarSolo hay que ver quien esta de acuerdo con quien quiere este sistema y quien cambiarlo.
Eso si, si dices esto te conviertes en bolivariano