Este pasado fin de semana hemos
tenido un ejemplo más de la organización administrativa, bueno, más bien
desorganización, de la Junta de Andalucía. Un hecho que ha dejado a la luz en
qué manos estamos y lo mal que hacen las cosas los rectores de la
administración andaluza. Es cierto que para algunos lo que se ha conocido puede
ser una minucia, sin embargo para mí es la constatación de la falta de control
que vive la Junta y que sufrimos los andaluces.
Resulta que en Andalucía,
entre las muchas agencias, institutos, centros, fundaciones, empresas públicas y demás, hay
dos (al menos que hay podido detectar) dedicadas al mundo del flamenco. Por un
lado está el Instituto Andaluz del Flamenco, con sede en Sevilla, y por otro el
Centro Andaluz de Documentación del Flamenco, con sede en Jerez de la Frontera;
ambos chiringuitos con su organización, su dirección, personal, e imagino que
hasta asesores, cargos de confianza y demás colocados del régimen… Y resulta
que un tal Luis Guerrero Jiménez ha sido, durante varios años, director del
Centro Andaluz de Documentación del Flamenco, ¡y él no lo sabía!..., pero eso
sí, cobraba unos 2000 euros mensuales por el cargo.
Es decir, la Junta de
Andalucía, durante unos años ha tenido en uno de sus organismos a un director
fantasma, nombrado en BOJA sin él saberlo, pero si cobrando mensualmente. Y
digo yo, ¿nadie en ese Centro del Flamenco preguntaba por el Director?, ¿quién lo
dirigía?
Y lo peor de todo, lo que
más “asusta”, con el gran número de chiringuitos públicos que hay a lo largo de
Andalucía, ¿cuántos podrían estar en esa misma situación? Espero que la oposición
haya tomado nota de lo ocurrido y que encargue, ahora que sí pueden, una
inspección seria sobre todos estos organismos dependientes de la administración.
Y si de paso cierran alguno, pues se agradece.
Esto solo pasa porque no tenemos una federacion buena y en condiciones.
ResponderEliminarPero claro pedir la republica es de rojos.