Hace unos días me
encontraba con una amigo que trabaja en la Universidad, al preguntarle qué tal
me contestó que como siempre, que “esto no cambia”, me acordé del artículo que
hoy recordamos, de diciembre de 2012, en el que pedíamos reformar la
universidad pública. Aquí os lo dejamos, ¡feliz sábado!
Ayer los Excelentísimos y
Magníficos Señores Rectores de las universidades públicas españolas hacían
público un manifiesto en el que, entre otras cuestiones, criticaban los
recortes del Gobierno en materia presupuestaria para educación. Indicando que
este recorte llevará a España a la "pérdida del tren del desarrollo
tecnológico, hipotecando la investigación y los mayores avances en la frontera
del conocimiento", indicando también que la tasa de reposición del
personal docente universitario del 10 por ciento supone que la
"mayoría" de los profesores no van a poder contar con una plaza fija,
después de que el Estado haya invertido en su formación de "cada uno"
unos 300.000 euros.
En resumidas cuentas, que
los rectores protestan por los recortes en educación e investigación.
Sin querer entrar en el
fondo de su manifiesto, sí quiero plasmar una serie de pensamientos e ideas,
sobre la Universidad pública española, en particular los siguientes:
En la Universidad pública
española hay profesionales de gran nivel, verdaderos maestros, tanto a nivel
docente como investigador. Personas trabajadoras que han dado lo mejor de su
vida por intentar mejorar la vida de los demás, por lograr avances en la
sociedad, en todos los ámbitos.
Pero también hay mucho
enchufado, mucho que ha accedido al cargo de profesor (y de PAS) por ser hijo
de fulano o por amigo de mengano, por no hablar de temas más delicados que
estarán en la mente de muchos…
Es curioso como, por
ejemplo, hay departamentos universitarios o cátedras que tienen su propia
“revista de investigación”, a fin de publicar estudios realizados por pupilos
de otros compañeros para que les cuente como méritos a la hora de concursar a
una plaza. Revistas que, en muchos casos, se financiaban de la publicidad de la
caja de ahorros de turno, por amistad con su presidente o directivos.
En España tenemos 51
universidades públicas, ¡tenemos más universidades que provincias!, ¿es eso
normal?, ¿es lógico? El ratio de estudiante por universidad debe ser altísimo.
Vamos, que tenemos un País en el que formamos a más jefes que indios, como
diría el castizo. Además, en los índices internacionales de calidad las
universidades públicas españolas no aparecen, ni por asomo, entre las 100
primeras; en el ranking mundial de universidades, la primera española es la
Autónoma de Madrid, en el puesto 200.
Otro tema es el del
presupuesto. Por ejemplo, el presupuesto de la Universidad de Córdoba para 2012
era de 141.042.000,00 euros y el de la Universidad de Sevilla 479.370.064,00
euros, que si hacemos la media y lo multiplicamos por 51 sale una auténtica
barbaridad.
Me parece a mí que el
error es el sistema. Cada provincia ha querido tener su hospital, su aeropuerto
y su universidad, y eso no puede ser. La cantidad no es sinónimo de calidad y
la Universidad pública española está sobredimensionada. Es otro tema que se ha
de reestructurar, la Universidad es parte del Sistema, parte de la casta y
también ha de ser reformada, por el bien de la propia Universidad, por el bien
de España.
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