Y el Congreso de los
Diputados dijo no a Mariano Rajoy en la primera de las dos votaciones a la
investidura a la presidencia del Gobierno, como estaba previsto. Mañana viernes
será el segundo intento que, salvo monumental sorpresa, volverá a ser negativa
al candidato del Partido Popular. Y es que, o cambian mucho las cosas, o nos
veremos votando en el mes de diciembre, por tercera vez.
La sesión de ayer estuvo
más animada, como era de esperar, pues ya se entró en debate directo entre el
señor Rajoy y el resto de representantes de los grupos políticos que tomaron la
palabra. Y he de decir que, una vez más, Mariano Rajoy ganó en la contienda,
aunque perdiera la votación.
Y es que los
contrincantes estuvieron bastante flojitos. Pedro Sánchez, el primero que tomó
la palabra en nombre del PSOE, lució un moreno de vacaciones caras, no del
moreno de estar en el tajo, porque trabajar ha trabajado poco estos meses; y
parece que quiere provocar unas terceras elecciones, ¡para seguir de
vacaciones!, porque otra explicación no encuentro a su actitud. Poco más se
puede decir del líder socialista.
Albert Rivera estuvo en
su papel, una posición fácil, con un discurso también fácil pero bien
elaborado, porque es verdad que el Presidente de Ciudadanos es un buen orador.
Un discurso que por momentos me sonó a electoralista, pensando ya en diciembre.
Algo que ha estado en el ambiente de forma permanente.
Y Pablo Iglesias estuvo
en su línea; cabreado y enfadado. Parece que el líder de Podemos no se ha dado
cuenta de que esas actitudes le perjudicaron en las pasadas elecciones y lo
seguirán haciendo en el futuro, pues la gente no se fía de tipos así.
Imagino que tras lo de
ayer habrá más gente cabreada, por la inacción de la clase política, pero de
eso ya hablaremos en otra ocasión. Hoy nos quedamos con el no a Rajoy, un no
muy peligroso para España.
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