Hoy Antonio de la Torre nos propone una
interesante reflexión sobre Pedro Sánchez y su pérdida de vocales. Como siempre
os recuerdo, Desde el Caballo de las Tendillas está abierto a la colaboración
de sus amigos, así que ¡animaos y escribir!
La aparición del ZP bis, como vengo llamando
desde su precampaña de lanzamiento a Pdr Snchz, no deja de depararnos
sorpresas. La penúltima, permítaseme la expresión, su “avocalía” (entiéndase el
palabro -para las víctimas de la LOGSE- como la eliminación de las vocales –el
prefijo “a” significa “ausencia de“-) con la que se destapó en esa vaciedad que
le caracteriza y en su intento de ser “original” y simpático.
En su nuevo modo de “expresión”, la frase
anterior quedaría así:
L prcn dl ZP bs n dj d dprrns srprss. L pnltm
s “vcl” (ntnds l plbr -pr ls vctms d l LGS-cm l lmncn d ls vcls –l prfj “_”
sgnfc “snc d”- )cn l q s dstp n s vcdd q l crctrz y n s ntnt d sr “rgnl”. Tan
clara como él.
Pero no, no voy a seguir el artículo sin
vocales por respeto al lector, aunque la tentación sea grande. Eso sí,
reconozcámosle a este ‘galán’ prefabricado que, al menos, ahorro de papel y de
tinta (e incremento de las consultas de psiquiatría también) sí que produciría
su técnica y, total, con lo mal que se le da la expresión hablada, tampoco
perderíamos mucho si no somos capaces de “traducir” ese nuevo “idioma” que
podríamos llamar “esperpéntico”.
Como complemento y refrendo de la poca
sustancia que Pdr Snchz transmite, un artículo de Libertad Digital titulaba “Temor
entre los empresarios catalanes por la "inconsistencia" de Pedro
Sánchez”, para continuar con "No aguanta más de tres preguntas", que afirmaban
los interlocutores del líder socialista, tras su visita a Barcelona para
"vender" la reforma constitucional.
Y, para rematar el mal cartel que va
cosechando el consonántico nuevo líder de ese partido que ha perdido no sólo
las vocales sino también las consonantes, observemos el resultado de la última
encuesta de Sigma Dos para El Mundo que arroja una nueva caída para el Partido
Socialista.
Como decía, este ha perdido no sólo las
vocales, sino también alguna de sus consonantes, ya que, después del paso por
su Secretaría General del nebuloso Zapatero y de su “joven” sucesor y “promesa
sin explotar”, el químico Rubalcaba (mejor sería llamarlo “alquimista” de la
Política, por su arte para la manipulación), otro que se esfumó, el conocido
como PSOE sólo sigue manteniendo la primera de sus siglas, la “P” de Partido,
cada vez menos en el sentido de agrupación sino como sinónimo de “Roto” (véase,
si no, la relación con el PSC), porque eso es lo que hicieron los dos
mencionados, romperlo, esperemos que para mucho tiempo. Y como consecuencia de
sus actuaciones a lo largo de estos años, el otrora PSOE ha perdido la “S” de
Socialista, la “O” de Obrero y, a todas luces, la “E” de Español tras el
brindis del anterior Presidente del Gobierno a Maragall en Zaragoza, antes de
ganar las elecciones de 2004, gracias a la manipulación del atentado de Atocha:
“Aprobaremos en Madrid lo que venga aprobado de Cataluña”. Y, después de dejar
a España sumida en la mayor crisis económica, de educación, de unidad nacional
y, en definitiva, moral de la historia de nuestra ‘joven’ democracia, si no
mucho más, se quedó tan a gusto y se retiró a contar nubes, eso sí, desde el
cómodo puesto vitalicio que se preparó con diligencia, nada más llegar a
Moncloa en 2004, en el Consejo de Estado.
Según esta encuesta citada, el Partido
Socialista se quedaría en un menguante 20’1 %, perdiendo casi otros tres puntos
respecto de los resultados obtenidos hace seis meses en los últimos comicios
celebrados en España, las elecciones al Parlamento europeo (obtuvo un 23 %),
que serían casi nueve menos si comparamos la cifra de hoy con la obtenida en
las últimas elecciones generales de 2011 (el 28’8 %). O sea, cuesta abajo y sin
frenos.
Por el contrario, la mencionada encuesta nos
deja un ligerísimo repunte del Partido Popular, 26’3 % frente al 26’1 % del
pasado mes de Mayo -¿frenó su caída?-, aunque muy lejos del 44’6 % (nada menos
que 18’3 puntos por debajo, en la intención de voto) que muchos españoles le
dimos hace ahora tres años (todo un batacazo, casi de récord), precisamente
para que arreglara el daño que heredaba del mal llamado “Bambi” que resultó el
peor de los depredadores de los últimos 40 años, al menos.
Pero lo realmente importante y significativo
de esa encuesta de Sigma Dos que nos ofrece El Mundo (aparte de muy preocupante
para España) es que, si se dieran esos resultados que arroja, se podría
producir una curiosa circunstancia para el PSOE y es que, lo que empezó hace
más de un siglo un tal Pablo Iglesias, el que decía en Julio de 1910 aquello
de: ”Nuestro partido respetará la
legalidad si nos permite alcanzar nuestros objetivos. Si no, actuaremos fuera
de la legalidad” (los veinte años de gobiernos socialistas desde la transición
demostraron que los sucesores se tenían bien aprendido este ‘compromiso’ de su
fundador), ciento cinco años después, en las próximas elecciones generales
previstas para finales de 2015, otro Pablo Iglesias –una nefasta coincidencia,
pensarán algunos- puede acabar con el partido de los ‘cien años de honradez’,
el eslogan tan cacareado por los socialistas durante estas últimas cuatro
décadas.
Que Dios reparta suertes o, mejor, sensatez e
inspiración a la hora de votar. La cosa no pinta bien.
Tanto criticar a un partido, para que no estorbase al que habéis votado casi de toda la vida y muy pronto se juntaran los 2 para seguir haciendo de las suyas.
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