Este pasado domingo se ha
vivido un hecho que debería avergonzar al mundo del fútbol en particular y a
toda la sociedad, en general. Resulta que el entrenador de alevines del Calahorra
Club de Fútbol agredía al árbitro del encuentro que este equipo disputaba en
Córdoba frente al Salvador Allende.
El árbitro, de 15 años de
edad, fue atendido en un centro de salud para valorar los daños sufridos,
consecuencia del puñetazo recibido por el animal que se supone ejerce de
entrenador de niños de entre 10 y 11 años de edad.
Pero esa solo fue la
guinda de una serie de insultos que este señor (por llamarlo de alguna manera)
y el delegado de ese mismo equipo dedicaron al colegiado, y es que según se
recoge en el acta arbitral antes del inicio del partido ya empezaron con los
insultos, diciéndole que “el tonto del árbitro éste es un hijo de puta…”,
durante el encuentro prosiguieron los insultos y amenazas, que acabaron en la
agresión física al joven y la expulsión del entrenador en el minuto 26 de
partido. No obstante el encuentro continuó, pero esta vez con los insultos del
delegado del Calahorra Club de Fútbol, que también fue expulsado, aunque en el
minuto 65 invadió el terreno de juego diciéndole al colegiado “…a ti te
tendrían que tirar al río y no al del Deportivo…”.
El caso es que este es un
ejemplo más de la violencia en el fútbol, con la agravante que se ha ejercido
por el entrenador y delegado de un equipo de niños de 10 y 11 años, esto es lo
que le enseñan a muchos niños en los terrenos de juego. Con esto es con lo que
hay que acabar.
Y lo más triste es que lo
ocurrido a muchos no les sorprenderá, porque es algo habitual en los campos de
fútbol de todas las edades. Yo en partidos de fútbol de niños he escuchado a
padres decirle a sus hijos que han de matar al contrario, que han de dar
patadas y no dejar vivo al contrario, he presenciado peleas y discusiones entre
padres, y por supuesto insultos y palabras mal sonantes todas las del mundo.
¿Qué harán esos niños el
día de mañana viendo a sus propios padres y entrenadores comportarse como
criminales?, pues eso. El deporte ha de servir para lo que comentábamos hace unos meses en estas mismas páginas, para educar en valores y en el
respeto a los demás. Lo que tengo claro es que así, mal camino llevamos.
Esto solo el espejo de lo que ocurre en la vida diaria.
ResponderEliminarLos niños eructan de la leche que han mamado.