RETROCESO Y POBREZA

Igual que normalmente uno recoge lo que siembra, en las elecciones los ciudadanos recogemos lo que votamos (y también lo que no votamos). La ciudadanía habló el pasado 24 de mayo y ya empezamos a ver las consecuencias, y eso que todavía no han tomado posesión de los cargos.

Ayer, por ejemplo, leía una entrevista a la que con casi toda seguridad va a ser la próxima alcaldesa de Barcelona, la Sra. Ada Colau. Y decía unas cosas que darían risa si no es porque las dice la que va a regir, durante los próximos 4 años, los destinos de la segunda ciudad de España.

Hablaba, por ejemplo de un sello de calidad contractual, que imagino exigirá el ayuntamiento de Barcelona a las empresas que contraten con ellos, sello que se entregaría a los negocios que cumplieran con una serie de exigencias, como que repartan riqueza, entre otras cosas.

También decía la futura alcaldesa que se aplicará una moratoria sobre nuevos hoteles y pisos turísticos, pretendiendo limitar la carga de turismo sobre Barcelona, para evitar que la Ciudad Condal se convierta en una nueva Venecia.

Además, añadía la Sra. Colau, que si hay que desobedecer leyes injustas así se hará. Y ya me paro, pero podría continuar con las perlas que soltó, pero me las guardo para un próximo artículo.

Y si unimos las propuestas para el ayuntamiento de Barcelona con las que se están conociendo para Madrid, pues es para salir corriendo, como me imagino que estarán planteándose muchos inversores extranjeros que, ante la falta de seguridad jurídica que inspiran estas formaciones políticas, reconsiderarán sus negocios en nuestro País.

Y al fin y al cabo los inversores extranjeros y empresas multinacionales lo tienen relativamente fácil, pues pueden mirar para otro lado y llevar sus inversiones a otras partes del mundo. Los que lo vamos a tener más complicado somos los ciudadanos normales y los autónomos y PYMES, pues sufriremos estas políticas radicales, que lo único que van a hacer es provocar retroceso y pobreza.