Hoy en Desde el Caballo
de las Tendillas contamos con una nueva colaboración de Antonio de la Torre,
que se limita a poner las cosas en su sitio, nada más y nada menos, y nos da un
importante repaso a la historia de nuestra España.
En esta primera semana
del curso político, que se adelantó a mediados de Agosto por la presentación de
los Presupuestos Generales del Estado, acortando las vacaciones de sus señorías
y que tanto ha dado que hablar por las cartas de Alfonso Guerra y Felipe
González dedicadas al plural don Arturo Mas (ahora son cuatro los partidos que
han formado ‘Juntos por el Sí’) y su “movimiento nacional-separatista”, nos
sale el Secretario General del PSOE con su reconocimiento de la “singularidad”
de Cataluña.
¿Qué entenderá el cada
vez más “singular” Sánchez -acabará solo- por singularidad? ¿Por qué tiene que
ser Cataluña singular y no el resto de las regiones de España? ¿O no es
singular, por ejemplo, Murcia que, por tener, tiene hasta su particular
“idioma” panocho, con su diccionario y todo, y que, además, fue Reino? O
Valencia, Galicia, Navarra, Asturias… todas ellas reinos, lo que nunca fue
Cataluña y algunas, también, con lengua propia, una de las características
“diferenciales” a las que alude el que, después de perder las vocales, perderá
más pronto que tarde ese puesto al que nunca hubiera llegado en un país que
premiara la excelencia. O Andalucía, que albergó durante siglos el Califato de
Córdoba, por no citar cualquier otra de nuestras regiones, todas ellas
singulares dentro de una españolidad común a todas ellas.
Mire usted, Sr. Sánchez
-también válido para don Arturo- la única “singularidad” por la que se ha
distinguido en los últimos años esa Cataluña nacionalista, que usted pondera,
ha sido el reiterado incumplimiento de la legislación del Estado y de las
sentencias de sus Instituciones (Tribunal supremo y Tribunal Constitucional) y,
hasta en eso dejará de ser “singular” porque el mal ejemplo cunde con rapidez
si no se ataja y corrige a tiempo y nuestro Gobierno Nacional parece reacio a
mostrar la energía necesaria, por lo que las réplicas en otras regiones están a
la vuelta de la esquina.
Me cuesta creer que un
profesor universitario -como usted se precia de ser-, no catalán (en el sentido
catalanista del término, porque hay muy buenos catalanes, la mayoría) caiga en
la artificiosidad de los supuestos “derechos históricos” que algunos quieren
fundamentar en una historia inexistente y manipulada.
Como nunca es tarde para
aprender o recordar algo, como presumo será en su caso, y sin ánimo de ser
exhaustivo le voy a dedicar unas pequeñas observaciones, Sr. Sánchez, que
también le pueden valer a su ponderado don Arturo.
Hispania, que incluía la
actual España y Portugal, es nación 200 años antes de Cristo, por obra de Roma,
que la dividió en Provincias por pura “conveniencia organizativa” y no por
razones étnicas ni culturales. Y así fue durante seis siglos. Tarragona, no
Barcelona, fue mucho tiempo capital de gran parte de la Hispania romana. Lo
mismo puede decirse de Vascongadas (me niego a llamarlo País Vasco) a las que
en su antigua denominación romana de Vasconia, también se ha atribuido una
cierta idea de aislamiento, totalmente falsa, puesto que también los romanos se
asentaron en sus tierras, existiendo referencias de que el euskera tuvo
influencia del latín.
Posteriormente, los
Visigodos, a partir del Siglo IV, consolidaron la Hispania romana, de la que
asumieron religión, lengua, Derecho, estructura administrativa y UNIDAD
política, hasta que en el Siglo VIII se produce la invasión de los bereberes
por el Sur y la posterior conquista de España, propiciada porque Don Rodrigo
andaba por Navarra, batallando contra los vascos que apoyaban como Rey de España a Witiza. Esta
invasión islámica es la que origina la fragmentación de la unidad nacional de
España de nueve siglos, que no se supera hasta finales del siglo XV, con los
Reyes Católicos.
Dicho lo anterior y como
no pretendo escribir un libro de Historia –cosa que además no podría hacer con
rigor, dados mis limitados conocimientos al respecto-, los emplazo a que
refresquen sus datos –los de verdad- sobre la Guerra de Sucesión, en la que,
como sin duda sabrán, el Reino de Aragón, con Cataluña a la cabeza, no se
sublevó contra Felipe V por razón de la autonomía sino a favor de otro Rey de
España y por eso proclamaron a Carlos de Austria como “Carlos III, Rey de
España y Conde de Barcelona” en 1705, por lo que Felipe V, que ganó esa guerra,
primero abolió los antiguos Fueros de Aragón y después promulgó los Decretos de
Nueva Planta. Por cierto que ni Lérida ni Gerona se alinearon con los
austriacos y la misma Barcelona fue bombardeada primero por las tropas del
archiduque Carlos y después por las de Felipe V. O sea que, ni eso, Sr.
Sánchez/Mas, justificaría esa “singularidad” y oposición histórica.
Es cierto que hubo otros
intentos secesionistas de vuelo corto en los dos periodos republicanos de
nuestra historia más contemporánea, pero es a partir de nuestra Constitución de
1978, la que paradójicamente nació con espíritu conciliador, cuando, pasito a
pasito, se viene consumando la consolidación de esta pretendida ruptura
nacional-separatista propiciada fundamentalmente por aquel “Aprobaré lo que
venga de Cataluña” de Zapatero a Maragall, antes de las elecciones de 2004 y
potenciada por los dos periodos de gobierno bajo su presidencia y no lo es
menos que el Sr. Rajoy, enfrascado en resolver la crisis económica a costa
fundamentalmente del contribuyente, parece que no ha prestado demasiada
atención, hasta ahora, un poco, a los incumplimientos y desafíos generalizados
del Sr. Mas y sus adláteres, desde su concepción particular del “derecho a
decidir” que nuestras Constituciones, desde la de Cádiz, siempre han atribuido
al pueblo español en su conjunto y no a una de sus partes.
Ahora, repentinamente,
como si se hubieran “caído del caballo”, como San Pablo en su persecución a los
cristianos, pero, eso sí, sólo un poquito, no sea que se enfaden demasiado sus
amigos del Grupo PRISA, últimamente “amigo” de nuestra Vicepresidenta del
Gobierno -que se prepare para la dentellada-, también Guerra, primero, y
González, después, más “abuelo Cebolleta” que nunca, como si no hubieran tenido
nada que ver en el desaguisado autonómico, tuvieron un rapto de “patriotismo” y
reconvinieron al cacique catalán apelando a la aplicación del artículo 155 de
la Constitución, llamando incluso “pusilánimes” a los que reniegan del mismo y
calificando la conducta del Gobierno como un “monumento a la cobardía”. Todo
ello en la línea que Merkel y Cameron, mucho más contundentes, marcaron también
en esta primer semana de curso político, con un serio aviso a las pretensiones
totalitarias y excluyentes de don Arturo, el “ahijado” del patriarca Jorge
Puyol Solé y sucesor a título de “hereu” de sus tropelías porcentuales.
En fin, que el verano se
despide “calentito” y el Otoño se presenta animado, con un preaviso de
convocatoria de las próximas elecciones generales para los días 13 o 20 de
Diciembre. Yo recomendaría el 13 ya que es la festividad de Santa Lucía,
patrona de los invidentes, con el ruego de que “abra los ojos” a algunos
cegatos de la “España visceral” porque la que se avecina, si se vuelve a
producir la pinza municipal con el PSOE que se vende a cualquiera y el abanico
de ultraizquierda y nacionalistas dispuestos a sacar tajada de su debilidad,
puede llevar a una situación prebolivariana irreversible.
Volvemos con la cortina de humo que llena los periódicos de cosas que al final no solucionan en nada la vida de los españoles.
ResponderEliminarEs que no aprendemos. Con razón nos estamos cayendo a pedazos.