miércoles, 26 de septiembre de 2012

EL GRAN ERROR DE AZNAR



De aquellos barros vienen estos lodos. Del acuerdo del Hotel Majestic, firmado el 28 de abril de 1996, vienen parte de los problemas que estamos viviendo actualmente en España.

Aquel acuerdo, que permitía al Partido Popular gobernar este País y a José María Aznar ser Presidente del Gobierno, fue aplaudido por muchos, muchos fuimos los que nos alegramos porque suponía un cambio en España, dejaba de gobernar el Partido Socialista Obrero Español ¡por fin! y empezaba una nueva etapa, una nueva etapa que, en mi opinión, estuvo plagada de éxitos.

Se ha de reconocer que el gobierno de José María Aznar hizo cosas muy importantes, puso a España en la primera línea de la política mundial y la economía española creció. De recibir un Estado quebrado en 1996, se entregó una economía en superávit, en 2004.

Considero que Aznar ha sido el mejor Presidente que ha tenido este País. Pero también ha cometido errores. Y no estoy pensando en lo de la manida guerra de Irak, pues España no participó en esa guerra (sólo la apoyó). Aprovecho para recordar que España sí que participó en la primera Guerra del Golfo (y con soldados de reemplazo), bajo el gobierno de Felipe González, ¿quién no recuerda a Marta Sánchez y sus “Soldados del amor” en la Fragata Numancia en la Navidad de 1990?


Uno de los errores de Aznar que hoy quiero analizar es la consecuencia del acuerdo del Hotel Majestic, que fue la sustitución de Alejo Vidal-Quadras  como Presidente del Partido Popular de Cataluña.

Consecuencia de aquel acuerdo el PP “desapareció” de Cataluña, se entregó al nacionalismo de CIU. Aunque mantiene su estructura, aunque se sigue presentándose a las elecciones, su presencia en la sociedad catalana, sus resultados en las urnas son exiguos.

Y esta situación es la que ha llevado a que las ideas nacionalistas se hayan hecho dueñas de la política catalana (pues el PSC -el PSOE no existe en Cataluña- es casi tan nacionalista como CIU).

Con un PP como el que había creado Vidal-Quadras las cosas no habrían sido iguales. Un PP que hablaba claro, que no se callaba ante los nacionalistas, un PP que ejercía orgulloso de españolidad, sin complejos.

Aznar pactó con CIU un Partido Popular en Cataluña de perfil bajo, que no hiciera mucho ruido, que colaborara con el nacionalismo, y ese fue su gran error, un error que estamos pagando 15 años después, y lo que nos queda.

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