Publicamos un artículo de Vicente Jiménez, @Parnasillo, amigo de la Red de Blogs Comprometidos, dentro de la campaña de esta #RED por la Separación de Poderes.
“Sucedió lo que era de esperar en la naturaleza de todo tipo de poder incontrolado: si el poder legislativo elije entre su seno a un equipo de gobierno para que dirija la acción del poder ejecutivo, como lo indicó Montesquieu, ni hay separación de poderes ni posibilidad de libertad política. Los poderes estatales solamente pueden estar separados y equilibrados si tienen la misma legitimación original, si cada uno ha sido directamente elegido por los afectados en el ejercicio de ese poder específico. Han de separarse en su origen para que puedan estarlo en su función”. A.G.Trevijano, Teoría pura de la República, EDICIONES MCRC.
Resulta
incomprensible cómo el talento político y mediático en Europa, especialmente en
todo el arco Mediterráneo, no ha llegado a relacionar la Gran Crisis actual con
el sistema político que la permitió. Los grandes próceres se limitan a retocar
el procedimiento financiero causante de la crisis, cuando sin llegar a curar los síntomas de la
enfermedad obvian el origen de la misma.
Es triste
tener que explicar lo evidente: los corruptos no podrían haberse dado
impunemente festines financieros si antes no hubiesen tenido lugar otro tipo de
banquetes: el que se daban los partidos vencedores con las cuotas de poder
obtenidas en los repartos proporcionales de los votos. Esas votaciones, donde
se eligen a listas confeccionadas no por los votantes sino por un reducido
grupo perteneciente a la cúpula del partido aseguran un pacto de amo-vasallo
parecido al de la Edad Media. En el sistema de listas y repartos proporcionales
el ciudadano queda ya fuera de juego incluso antes de depositar su voto, y éste
voto jamás cumplirá con la verdadera función que debería tener: controlar al
poder del Estado. Y así tenemos a unos componentes de listas carentes de
toda representatividad de la sociedad
civil que, en cambio, sí representarán fielmente a sus partidos; y, por
supuesto, ante este panorama tampoco se da la separación de poderes.
Representación
y separación total de poderes constituyen los ingredientes, ambos
imprescindibles, en una democracia formal y verdadera. Sin esos constituyentes
explicitados en las constituciones de los países, tal como expresa el Art 16 de
los Derechos del Hombre y el Ciudadano de 1789, ya es que ni existe
constitución.
«Artículo 16.- Toda sociedad en la cual no esté
establecida la garantía de los derechos, ni determinada la separación de los
poderes, carece de Constitución». Derechos del Hombre y el Ciudadano de 1789.
A lo cual
sumamos la siguiente información:
“Las
Constituciones llamaron separación de poderes a la separación de funciones del
poder salido de las urnas de partidos. Ese fue el argumento de la
jurisprudencia de Bonn en favor de la partidocracia, a la que consideró moderna
superación de la democracia directa de Rousseau, en palabras literales del
Presidente del TC de Bonn, Gerhard Leibholz. El TC de Bonn defendió la
supresión de la representación política, en favor de la hipotética democracia
directa que suponía la integración de las masas en el Estado”. A.G.Trevijano, Teoría
pura de la república, EDICIONES MCRC
No puede
andar más acertado Trevijano en las fuentes que aporta, ya que en la práctica
tenemos que la antigua dictadura permanente del partido único ha sido
sustituida por el monopolio del poder durante el periodo legislativo de un
Partido Estatal; y que ambos jefes, al final, disponen de los tres poderes del
Estado. Los medios nos inundan cada día de casos de lo que tiene que pasar y
pasa; de lo que es que es lógico e inevitable cuando nadie embrida al poder y
no hay poder legislativo ni judicial independientes de los criterios decisivos
del partido gobernante. Refiriéndose a los partidos llega a decir;
“Son meras
potestades subordinadas al poder ejecutivo. Este único poder no sólo retiene la
iniciativa legislativa y el gobierno de los jueces, sino que mantiene el orden
social transformando en leyes y sentencias, es decir, en mundo jurídico, el
equilibrio oligárquico de los poderes económicos y sindicales en el mundo social”.
¿Listas
abiertas o cerradas? Poco importa, yo te pongo a ti en la lista y tú luego me
eliges a mí de presidente del gobierno (si me eligiera yo mismo, como hizo
Napoleón, quedaría un poco mal); y los votantes somos también actores y
cómplices en este vodevil, porque todos sabemos que estamos votando
directamente al futuro presidente; quien a su vez fingirá luego que lo eligen
en el momento de la investidura. Todos sabemos también que los “legisladores”
cumplirán con su deber de obediencia; eso que llaman después disciplina de
voto. Y después de votar, ¿a alguien le queda claro si han sido legislativas o
presidenciales lo que hemos votado? Porque si han sido presidenciales, ¿dónde
están las legislativas?, es decir, dónde está ese representante que tiene que
representarme a mí, y no a su jefe de partido.
Al fin no estamos dando cuenta que esta constitución y todo este entramado solo esta hecho para seguir manteniendo al estado caciquil y que los políticos son los encargados de llevarlo a la practica.
ResponderEliminarHace unos años cuando algunos hablavamos de esto nos ponían como antisistemas y cosas peores. Esto es lo único bueno que va a tener la crisis.