Sí, es que ahora todo lo que tenga que ver con el
café está de moda. Y todo gracias a Ana Botella y a esa gran frase que pasará a
los anales de la historia: “...relaxing cup of café con leche...”. Bueno quién
sabe, a lo mejor la Sra. Botella ha conseguido que en el extranjero se enteren
que en España un “café con leche” no es un capuchino y que es una forma de
poner el café con identidad propia.
La moda por el “café con leche” ha llegado incluso hasta
las grandes redes sociales (… por supuesto…). Prueba de ello, solo hay que
echar un vistacillo a Instagram y ver que todo usuario que se precie tiene que
tener una taza de “café con leche”. Y si es de Starbucks, mejor. Porque lo de estas
tazas es como lo de las latas de tomate Campbell, se han convertido en un icono.
Y es que si observamos con atención, las “cups”
pueden llegar a decir mucho de nosotros o de las cosas que han pasado en
nuestras vidas. Por ejemplo, si vemos que alguien está bebiendo en una taza
donde pone “Papá te quiero”, seguramente sea padre. ¿Y si tiene una taza
“recuerdo de París”? o ha ido, o se la han traído.
Pero lo realmente importante de las “cups” es lo
que hay dentro. Preparar un buen café es un auténtico arte y presentarlo también. Prueba de ello lo tenemos
en Michael Breach, que se ha hecho mundialmente conocido por hacer retratos en
la espuma del café. Así que pasó de ser un simple camarero a crear el
“baristart”. Espero y confío que este
artista cafetero utilice café de comercio justo.
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