Y vuelve la mula al trigo, o al cubata, porque
después de la polémica que se levantó en el mes de mayo del año pasado en
relación al concurso del servicio de hostelería del Congreso de los Diputados
hoy volvemos a hablar de este tema, del que ya hablamos bajo el título “Una vida subvencionada”.
Y es que cuando muchos levantamos la voz poco tardó
el Presidente de la Cámara Baja en decir que iban a retirar de las condiciones
del concurso la obligación de que las bebidas alcohólicas, los cubatas, fueran
a precios muy reducidos. Algo que no ha servido para nada.
Y no ha servido para nada porque la nueva empresa
concesionaria, Eurest, según informaba El Confidencial, continúa con la
política de precios bajos para nuestros diputados y demás miembros de la casta,
3,45 euros por un gin-tonic, 3,40 por un cubalibre, 3,45 por un Bloody
Mary y 4,10 euros por un ron reserva. Además de recibir una subvención anual de
1.050.000 euros más IVA hasta el año 2018, lo que hace un total de 4,2 millones
de euros (más IVA) que saldrán de las arcas públicas.
Una vez más nos toman el pelo, una vez más nos
engañan, para que la casta siga viviendo a costa de los impuestos de todos. De
vergüenza. Y no pasa nada, y tiene muy poco eco en la prensa nacional, cuando
los medios de comunicación deberían poner esta noticia en primera plana, porque
nos están engañando, porque los ciudadanos les tenemos que subvencionar sus
comidas y bebidas.
Y digo yo, el Congreso no es un centro de trabajo,
¿no debería estar regulada la venta de alcohol? Pues parece que no. Bueno, para
lo que hacen muchos de nuestros políticos, qué más da que se tomen un cubata (o
dos) después de comer. Lo dicho, que nos siguen engañando, que las polémicas no
sirven para nada, que no rectifican y nuestros políticos siguen a lo suyo, como
decíamos al principio, vuelve la mula al cubata…
Aunque después decimos que todos los políticos son iguales, esto es algo que ya ha denunciado IU, pero como siempre los grandes partidos de la cámara se lo pasan por el forro de los bemoles.
ResponderEliminarPara colmo el dueño de casi estas cafeterías es un gran empresario que se llama liberal sin embargo recibe subvenciones del estado. Este el sistema caciquil que en muchas ocasiones he dicho.
Por cierto el titulo me ha gustado, es muy original y hace un doble juego,