lunes, 21 de marzo de 2016

LA CONGOJA DEL TORO ROJIGUALDO, por @Freki9

El lunes en Desde el Caballo de las Tendillas es día #RED y hoy traemos al blog Darkwolf, con un artículo en el que se habla de la historia de nuestra España y de la realidad que vivimos…



Pobre, desgraciada y querida España.

Son muchas las gotas que en forma de lágrimas la lluvia ha derramado sobre nuestra extinta piel de toro. España, que se encuentra en su encrucijada nacional, se extingue. La unión de dos reyes creó el estado más plurinacional del mundo y ahora las plurinaciones se cargan al Estado.

España ha sido siempre un estado parlamentario. Las Cortes medievales tenían un peso considerable en el control estatal y los reyes, en cuanto propietarios del terruño. Desde hace años ese parlamento, ese sistema, hace aguas porque el judicial está sometido al ejecutivo y el legislativo solo emite leyes en contra de la nación y de los ciudadanos que dice representar.

Sólo tenemos que echar un ojo a multitud de leyes, desde hace tiempo, en contra de la base del estado. Y además emanadas por gente que dice ser afín a ese pueblo. No sólo eso, si encima les mientes la jugada, los siniestros se ofenden, se ruborizan y te llaman fascista, cuando no haya nada más fascista que el modo, cuasi decretal, que están empleando para acometer el acoso y derribo del país.

Tal es la cantidad de decencia que queda, desde hace cinco siglos, en nuestra clase política. Poco orgullo de español y nada de propósito de enmienda, lo cual provoca la enmierda de todo lo que dicen representar. En mi fuero interno no tengo por menos que reírme de todas esas explosiones de júbilo por una mentira más de los sinsentidos de los últimos años. España está muy enferma, el cáncer del nacionalismo la carcome y nuestra clase política se enorgullece de haber terminado con el terrorismo sin haber pagado precio político.

Triste, ojerosa y acometida cómo un perro flaco y débil, enfermo y moribundo al que todas las pulgas hacen causa común, nuestra nación dormita ya el sueño de los terminales. Es España una sombra de lo que fue, patético escombro de una orgullosa casa que fuera gran pasiego de los tiempos, enorme imperio intercontinental gobernado por inútiles e incapaces, elegidos por gentes más inútiles e incapaces más preocupados en llenar el buche y los bolsillos que en arreglar las fisuras que carcomen la casa de todos.

Y mientras tanto, surgen salvapatrias e iluminados, vagos que siguen clamando mientras los perroflautas siguen exigiendo cambios en una sinrazón controlada por los mismos de siempre, los que controlan y devanan sus sexos con el único fin de exterminar a España.

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