Hoy recordamos en Desde el Caballo de las Tendillas y traemos
un artículo al que tengo mucho cariño, en el que hablamos del político honrado,
en político de pueblo, que está cerca de los vecinos, que ayuda a la gente casi
a cualquier hora del día. Los líderes de los partidos han de mirar a esa forma
de hacer política, tienen mucho que aprender. ¡Feliz sábado!
Llevamos muchos días hablando de corrupción, llevamos muchos
días criticando a la clase política y es que, en general, la clase política en
su conjunto ha defraudado a los ciudadanos. Pero hoy no quiero hablar de
corrupción, no quiero hacer referencia al choriceo, hoy quiero hacer un
reconocimiento a los políticos honrados, que los hay y muchos.
Los políticos honrados son la inmensa mayoría, en todos los
partidos políticos. Y quiero destacar a las personas que ejercen la política en
los pueblos, a los miles de concejales que dedican su tiempo libre a solucionar
los problemas de sus vecinos, de forma altruista, solo por mejorar su pueblo,
por echar una mano quitándole tiempo a su familia, a sus aficiones y, muchas
veces, costándoles bastante dinero.
Personas que van a la sede provincial de su partido con
ilusión, que se desviven cuando les visita algún cargo provincial del partido
(y si es un cargo autonómico o nacional ni te cuento). Personas que dan la cara
ante sus vecinos, ante sus familiares y amigos, en el bar, en la plaza del
pueblo, comprando…, personas que defienden muchas veces lo indefendible porque
creen en el proyecto, en los ideales de su organización.
He dejado para el final un reconocimiento especial para los
concejales constitucionalistas en el País Vasco, esas personas merecen un
monumento. Luchan por nuestra democracia en la primera línea, dando la cara por
todos nosotros; si los concejales de los pueblos del resto de España son, en la
mayoría de los casos un ejemplo, los concejales de PP, PSOE o UPyD de las
vascongadas tienen un plus especial.
Por eso me indigné cuando tuve noticia de que el concejal del
PP en Elorrio, Carlos García, se vio obligado a pagar de su bolsillo el
alquiler de un coche para hacer campaña electoral en dicha localidad,
porque el partido no tenía dinero para abonarlo.
A estas personas no se les puede defraudar, el partido de
turno ha de estar a su lado, apoyarlas y prestarles atención, pues aunque los
dirigentes piensen que son insustituibles, los verdaderos insustituibles, los
pilares de las organizaciones políticas, son estas personas, los concejales de
pueblo y sus afiliados de base.
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